El marisco, mejor a buen recaudo

ECONOMÍA

Varias cofradías gallegas quieren instalar cámaras de seguridad para evitar ?hurtos en los puertos, una picaresca que año tras año florece en Navidad

28 dic 2009 . Actualizado a las 18:17 h.

En Fisterra no resulta muy difícil encontrar pescadores que, en algún momento, fueron víctimas de la mala costumbre. Alijos de marisco de más de cien kilos, sumergidos a la espera del cambio de precio en Navidad hasta que un buen día, ¡zas!, solo queda el sitio. «Pero hai moitos anos que non pasa. Este, dende logo, non pasou», comenta el patrón mayor. No lejos de allí, un mariscador le desdice: «Leváronme trinta quilos de centola». Los tenía fondeados en el barco. Pero a buen recaudo, pensaba. Cuando fue a recogerlos para venderlos se encontró con el aparejo roto y vacío.

Tiene razón el patrón mayor cuando dice que esos robos ya no son lo que eran. En buena medida porque algunos de los pescadores que han sido víctimas de hurtos optaron por construir en sus domicilios acuarios para tener el marisco a buen recaudo, una práctica ilegal si no se cuenta con autorización. Con todo, algo queda de la atávica costumbre de afanar, porque tanto el patrón mayor de Fisterra como el de Corme andan detrás de un sistema de vigilancia con cámaras que permita aumentar la seguridad en los puertos.

«Non é so o marisco. No porto chegaron a faltar ata fuera bordas», dice Manuel Cousillas, responsable de la Cofradía de Corme. Este es el puerto que más adelantada lleva la tramitación y espera en breve el visto bueno a una inversión que puede llegar hasta los 30.000 euros: «Pense que nos portos hai agora un dineral», dice.

Hurtos puede que haya. Denuncias, muy pocas. «Se comenta, sí, pero es raro que llegue una denuncia», confirma un guardia civil de la zona. El agente entiende que el asunto es muy complejo y que, muchas veces, tras los rumores se encuentran situaciones en las que la víctima se hizo con el objeto del hurto de manera también ilegal, con lo que, aunque quisiera denunciar, tampoco puede, porque en alguna medida se estaría denunciando él mismo. Así que la opción del acuario en la inviolabilidad del domicilio ha ido ganando adeptos.

Normalmente, las víctimas de los hurtos, a los que un golpe puede arruinarles la temporada de Navidad, suelen tener una idea, equivocada o no, de quién fue. Puertos pequeños, comunidades reducidas, todo el mundo se conoce... Así que leyendas sobre ajustes de cuentas se encuentran las que se quieran. Al que le dieron una paliza, al que lo encadenaron y simularon tirarlo al mar desde una barca, al que le dieron un tiro... «Hai que ter moito coidado, porque sempre se desconfía -reflexiona Cousillas-pero pode ser calquera. Ata un que vén de fóra. Por iso é importante ter as cámaras».

En el caso del mariscador de Fisterra que perdió el mes pasado los treinta kilos de centolla, las cámaras tal vez hubieran sido ineficaces. Quien se las llevó estaba bajo el agua y le rajó el aparejo entero. Todo un profesional del asunto. «O ideal era ter un garda que patrullase, pero iso é moi custoso. Os roubos poden vir por terra, e por mar, pero as cámaras sempre ven algo», dice el patrón mayor del pósito de Corme.

Mientras la electrónica no se ocupa de la seguridad de estos pequeños puertos, los pescadores seguirán estos días extremando las precauciones para aprovechar la mejor marea del año, la de Navidad. Claro que, para los amigos de lo ajeno, esta es también su mejor oportunidad de hacer negocio.