El naval europeo inicia una etapa de alianzas para frenar la crisis del 2011

M. Sío Dopeso / L. C. Saavedra

ECONOMÍA

Los pesos pesados de la industria informan en Vigo al Consejo Económico de la UE de un inminente cambio de ciclo

02 dic 2009 . Actualizado a las 02:18 h.

El sector de construcción naval civil de la UE (compuesto por 300 astilleros) apuesta por confeccionar a muy corto plazo una hoja de ruta que permita facilitar alianzas entre distintos astilleros, para enfrentarse con garantías ante un doble reto en menos de un bienio: la caída de producción que, según todos los expertos, se avecina para, al menos, los próximos dos años. El sector europeo pretende enfocar la remontada de la crisis hacia el año 2013 como un nuevo y vigoroso actor en el escenario internacional frente a los gigantes asiáticos (China, Corea y Japón) y las economías emergentes (India, Vietnam o Brasil) dispuestos a presentar una dura batalla por la cuota mundial.

El modelo europeo -según se puso ayer de manifiesto en Vigo durante una reunión del Consejo Económico y Social de la UE- se basa en este momento en la entrega de buques de alto valor añadido, manteniendo el nivel de empleo actual y revitalizando el actual sector en nichos de mercado como los buques para el transporte de personas o cargas rodantes y los destinados a la industria petrolera. En estos segmentos, la gigantesca industria china no es capaz de obtener buenos resultados, y los armadores que quieren naves sofisticadas y de calidad siguen recurriendo a los astilleros comunitarios, entre ellos los españoles, y más concretamente los gallegos.

Durante la reunión de la UE en Vigo, quedó clara la gran preocupación de los directivos y propietarios de las instalaciones navales ante la falta de nuevos pedidos. La crisis generalizada ha frenado en seco los nuevos encargos desde septiembre del 2008. No solo en España, sino en toda Europa. Desde entonces, en las gradas solo se produce lo ya contratado. Es preciso tener en cuenta que un buque de tamaño medio, desde que se empieza a negociar y se concluye, requiere alrededor de unos dos años. Además, los problemas son comunes a todo el sector: falta de pedidos derivados de la menor demanda de transporte por vía marítima, gastos excesivos en financiación de buques por parte de los constructores, cancelaciones por la falta de viabilidad de los encargos y poco acceso al crédito para financiar nuevas operaciones.

Optimismo de Guerra

Esta visión contrasta con la que ofreció ayer el conselleiro de Industria, Javier Guerra, quien durante su intervención en el foro quiso disipar las dudas sobre el futuro del naval gallego y a dibujar un panorama halagüeño para esta industria. Los ponentes explicaron, por el contrario, que se necesita un respaldo a la competitividad, que las administraciones tomen cartas en el asunto como lo han hecho con otros sectores y que se elabore un programa de mantenimiento del empleo y de las factorías, dado que este sector es un motor de crecimiento en zonas muy determinadas de la UE como Galicia.

Entre otros pesos pesados del sector, Wim van Gulpen, presidente del Consejo Europeo de Equipamientos Marinos, alertó del riesgo que corren los 400.000 empleos de la industria auxiliar europea si el negocio naval no reacciona. «Estamos en la recesión más profunda desde hace 30 años, si no tomamos medidas en nuestro sector entraremos en situación crítica dentro de nada», afirmó. Gulpen pidió a los Estados que mantenga la inversión en I+D+i, porque «el sector europeo solo puede hacer frente a la crisis con innovación y con el know-how de su capital humano, pero, aun así, no todos van a sobrevivir», advirtió. Joost van Iersel, presidente de la Comisión Consultiva sobre el Cambio Industrial, reconoció que el sector naval europeo tiene que emplearse a fondo para sobrevivir hasta el 2013, año en que, según los pronósticos, comenzará el repunte productivo. «Tenemos que prepararnos para lo que viene y salir reforzados», sentenció.