El Parlamento pide mantener la galleguidad de las cajas y reformar la Ley

EFE

ECONOMÍA

El futuro de las cajas gallegas ha vuelto esta tarde al ruedo político. Las posiciones pasaron por la solvencia (PP), la apertura al exterior (PSOE) y la galleguidad (BNG).

10 nov 2009 . Actualizado a las 23:07 h.

El Parlamento gallego ha acordado hoy, por unanimidad, ha instado a la Xunta de Galicia a defender que los centros de decisión de las cajas de ahorro gallegas se mantengan en la comunidad y manifestó la necesidad de aprobar una nueva Ley de Cajas que regule su funcionamiento.

El futuro de las cajas gallegas, Caixa Galicia y Caixanova, ha vuelto esta tarde al ruedo político con expectativas ante la decisión que adopte la Xunta y la preocupación ante la deriva que suponga, por lo que las posiciones pasaron por la solvencia (PP), la apertura al exterior (PSOE) y la galleguidad (BNG) de estas entidades.

Una moción del BNG sobre la posición del Gobierno gallego acerca de la fusión de las cajas, en relación al mantenimiento de los centros de decisión en la Comunidad y una nueva Ley que las regule logró reunir a los tres partidos en torno a dos ideas: las que proponía la moción «con los matices» del PP, pues en el resto cada uno puso los suyos.

Así, los tres grupos respaldaron unánimemente la moción nacionalista, que, además de instar a la Xunta a defender el mantenimiento de los centros de decisión de las cajas en Galicia, acuerda que el Parlamento elabore una nueva Lei de Caixas de Aforro de Galicia.

El diputado nacionalista Fernando Blanco inició la exposición de motivos de la moción con una explicación: «Las cajas de ahorro tienen dificultades, si no ya habrían salido públicamente a decir que no existía ningún problema y que la decisión era de ellos».

Es por ello que lamentó la «hipocresía» en este asunto y envió un mensaje, al decir que hay que «poner los intereses del País por delante de los intereses personales, electorales o localistas», por contar con una nueva caja gallega en la que «nadie se tiene que sentir ahí ganador ni perdedor» porque habrá una nueva Ley y nuevos gestores.

En este sentido, abogó porque la reforma de la Ley incluya mantener la vinculación de las cajas gallegas con el territorio, mayor presencia del Gobierno autonómico y transparencia y democratización.

También se preguntó si al presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijoo, le caracteriza en este asunto «la discreción o la falta de decisión» pues, en su opinión, ya «tiene suficiente como para saber cómo está esto».

Según el popular Pedro Puy, el futuro de las cajas se basa en dos requisitos: confianza institucional y discreción sobre el funcionamiento, y es a partir de ambos cuando el Gobierno gallego actúa en este asunto con una posición común para garantizar la solvencia y eficiencia de las cajas y mantener su galleguidad. De hecho, reiteró Puy, «galleguidad sí pero también viabilidad futura».

Sobre la nueva Ley de Cajas y la representación del Gobierno gallego en sus consejos, descartó la necesidad de un intervencionismo económico «que al final va a repercutir en la solvencia de las entidades».

El socialista Xaquín Fernández Leiceaga dijo no tener ninguna «duda» de que «va a haber fusiones o alianzas» e incluso extendió el «rumor» de que están formalizadas ante el Banco de España «operaciones de alianzas extrarregionales con participación de alguna caja gallega».

En su opinión, «la apertura al exterior de las cajas no es que sea deseable, es una exigencia de la realidad económica», por lo que se sumó a la demanda de su compañero del BNG para pedirle a Núñez Feijóo que explique «ya» si la fusión gallega es o no viable o, de lo contrario, cómo se garantizará el futuro de ambas cajas.

«Tenemos que ser cabeza de león y no cola de león ni de ratón», espetó Leiceaga, para quien hay que abordar los costes de la fusión, pero también «de la no fusión o de la absorción, que serían más altos en términos sociales, económicos y dinámicos», concluyó.