El Gobierno estudia aprobar un impuesto adicional sobre el combustible, que penalizaría las emisiones de CO2.
24 sep 2009 . Actualizado a las 22:37 h.El vicepresidente tercero del Gobierno, Manuel Chaves, se ha mostrado partidario de la introducción de un nuevo impuesto ecológico o tasa verde dentro de las opciones que maneja el Ejecutivo para elevar la recaudación fiscal en el próximo ejercicio. Este nuevo gravamen seguiría el modelo francés, recién aprobado por el gabinete de Nicolas Sarkozy, e implica el alza de la tributación de gasolinas y gasóleos.
Chaves no quiso adelantar en qué consistirá el cambio en la política fiscal, precisó que esa «tasa verde» era una opción de su agrado, aunque no una decisión ya tomada por el Ejecutivo, y remitió a la presentación de los Presupuestos este sábado para conocer todos los detalles. Afirmó que «subir los impuestos también es de izquierdas; depende del momento y de aquellos colectivos a los que van dirigidas las medidas impositivas» y observó que, según estos postulados, no se puede actuar de la misma manera en los ciclos expansivos y en la recesión.
Explicó que Alemania subió los impuestos en plena fase de crecimiento y que si ahora los va a bajar es a causa del proceso electoral en que se encuentra inmersa. Evocó el caso de Francia, que bajará la tributación, pero prepara al mismo tiempo la aplicación de una «tasa verde». Con este mismo argumento, el Ejecutivo español estudia aprobar un impuesto adicional sobre el combustible, que en este caso penalizaría las emisiones de CO2.
Economía sostenible
Los portavoces parlamentarios de Izquierda Unida e Iniciativa per Catalunya han tratado este tema con la vicepresidenta económica Elena Salgado. Gaspar Llamazares y Joan Herrera conocieron a través de la responsable presupuestaria las intenciones del Ejecutivo de abordar este tema, aunque desde el Gobierno se les transmitió -aseguran fuentes de la coalición de izquierdas- que la nueva fiscalidad iría incluida en la futura ley de Economía Sostenible.
Los transportistas han reaccionado con críticas ante esta posibilidad. Recuerdan que el Gobierno ya decidió el pasado 12 de junio una subida de 2,9 céntimos por litro en el impuesto sobre hidrocarburos que pagan tanto la gasolina como el gasóleo de automoción. Expertos fiscales advierten, por su parte, de la estrecha relación que existe entre el precio final (fiscalidad incluida) y el consumo de los carburantes. En general, y más en tiempo de crisis, los precios más elevados se traducen en una merma del consumo.
Los ingresos tributarios por el impuesto sobre hidrocarburos, que en 2004 ascendían a 10.123 millones de euros, apenas habían aumentado en 2008 hasta 10.152 millones. En el pasado año, el primero de la crisis, la recaudación por este concepto descendió el 5,3% respecto al ejercicio precedente.