Un agujero negro, libre de tráfico aéreo, sitúa sobre Trasmiras el objetivo de los aviones sin piloto

La Voz VIGO |

ECONOMÍA

31 may 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

En la costa Oeste de EE.?U?U. saben dónde está Trasmiras. Y en la base aeronáutica de Sigonella (Italia), y en la Armada alemana. Quién les iba a decir a los 1.723 habitantes de este tranquilo municipio de la comarca ourensana de A Limia, de poco más de 56 kilómetros cuadrados de superficie, que su cielo está en el objetivo de los mayores constructores de aviones no tripulados para utilizarlo como campo de pruebas de los aparatos espía más punteros del mundo.

Un testigo de la visita realizada a la zona por un alto cargo de una firma estadounidense cuenta que al llegar al lugar, observar la explanada sobre la que está proyectada la base y mirar al cielo, rompió el apacible silencio campestre con una sonora carcajada. «Es lo que estábamos buscando», dijo el empresario.

Fuentes vinculadas al proyecto de la mayor base de desarrollo y prueba de aviones no tripulados del mundo aseguran que el agujero libre de tráfico aéreo localizado sobre Trasmiras es único en Europa y en él radica el éxito de la adjudicación de una iniciativa de dimensiones colosales que, según el plan de viabilidad que estudia la Xunta de Galicia, daría cabida al centro de excelencia de aviones no tripulados de EADS, a una base europea de empresas americanas, a una base secundaria de la NASA, al centro de desarrollo europeo del programa Bams (adjudicado a Northrop por la Marina de EE.?UU.), a ?la base española de aviones no tripulados del Ejército del Aire y al centro de unidades de Gardacostas y Salvamento de la Xunta de Galicia.

Los promotores del proyecto afirman que la industria aeronáutica lleva años buscando en Europa un emplazamiento para el desarrollo de los programas de aviones no tripulados y que en Galicia han encontrado el lugar perfecto.

Una única aerovía

Según consta en el plan de viabilidad, solo existe una interferencia en todo el cielo de Trasmiras. Se trata de una aerovía situada sobre la zona de estudio en el espacio aéreo inferior (altura de aproximación) utilizada en los procedimientos de salida del aeropuerto de Vigo. Pese a que Peinador se encuentra a 80 kilómetros de distancia de la zona sobre la que está marcada del proyecto, «sería preferible una orientación de la pista del nuevo aeródromo, perpendicular a la aerovía, de forma que las maniobras de llegada y salida de los UAV (aviones no tripulados) no interfieran en su espacio», aconseja el documento.

La necesidad de un espacio de vuelo sin interferencias forma parte de los requisitos operativos propios de la actividad de prueba. Pero también se explican por que Europa carece de directrices en materia de reglamentación que regulen el vuelo de este tipo de aparatos. Sus operaciones, según explican los técnicos en la materia, son tratadas como excepcionales y las pruebas y autorizaciones de vuelo solo se otorgan a partir de una misión.

Desde este punto de vista, la situación de Trasmiras es privilegiada. Pero las necesidades de la industria aeroespacial obligan en algunos casos a adoptar medidas excepcionales. Un ejemplo: Boeing acaba de iniciar los estudios de viabilidad para implantar en Andalucía un laboratorio para ensayar sistemas avanzados de la gestión de tráfico aéreo no tripulado. Este centro, que podría estar integrado en el proyecto gallego requeriría de un espacio aéreo segregado, con una extensión aproximada de 40 kilómetros y una altitud máxima de 2.500 metros