El cierre de Pascual afecta a 332 ganaderos que producen 140 millones de litros al año

Efe

ECONOMÍA

La empresa anunció a sus 155 trabajadores en Lugo la presentación de un expediente de extinción de contratos.

06 may 2009 . Actualizado a las 20:22 h.

La decisión del Grupo Leche Pascual de incluir en un expediente de regulación de empleo a los 155 trabajadores de su planta en Outeiro de Rei (Lugo) afecta a 332 ganaderos que producen 140 millones de litros al año.

Así lo declaró a los medios el secretario general técnico de Xóvenes Agricultores, Juan Orozco, quien sostuvo que la decisión de la empresa de abandonar el único centro del que dispone en Galicia supone dejar sin recoger 380.000 litros de leche diarios. Explicó además que hace un año, desde el centro de Outeiro de Rei se compraba la leche a algo más de 500 ganaderos, aunque «poco a poco» fue mermando esta cantidad. Hace un mes, continuó el sindicalista, dejó de recoger 25.000 litros diarios a la cooperativa Arzuana, 65.000 a Tierra Llana y 75.000 a Melisanto. Hace 15 días continuó el mismo proceso con otros 50 ganaderos, que pasaron a ser proveedores de Leche Río.

En opinión de XXAA, y pese a que desde Pascual se habla de que continuarán con la recogida a los ganaderos, esta factoría «antes o después abandonará la recogida a todos los ganaderos» y comprará «con precios a la baja», dijo.

Los sindicatos apuntan a la distribución como la gran responsable de la crisis que atraviesa el sector lácteo, tanto para productores como para industrias, y por ello demandan de la Xunta que investigue tanto el «uso que hace los productos lácteos» como la procedencia de la leche. Así lo han manifestado los secretarios generales de Xóvenes Agricultores (XXAA), Francisco Bello; y Sindicato Labrego Galego (SLG), Carmen Freire, así como el secretario de Acción Sindical de Unións Agrarias (UUAA), Javier Iglesias, quienes «veían venir» el Expediente de Regulación de Empleo (ERE) anunciado ayer por Pascual, que en su fábrica de Lugo afecta a sus 155 trabajadores.

De hecho, tras pedir al Gobierno central y autonómico que «salven» este centro lucense de Pascual, Bello alertó de las dificultades en el resto de industrias lácteas radicadas en Galicia que además, para «sobrevivir», hacen marcas blancas que son «pan para hoy y hambre para mañana» y no diversifican su producción, lo que «tiene un margen y unos riesgos». «A la distribución no le importa vender a pérdidas durante un tiempo porque tiene otros productos» con los que recuperar la inversión pese a importar leche con precios inferiores a los costes de producción, recalcó. Por ello, pidió a la Xunta que active los servicios de inspección porque «queremos que todo lo que se comercialice sea leche y queremos saber su procedencia. Un cartón no puede decir que es leche de Galicia cuando sólo es envasada en Galicia», añadió.

La dirigente del SLG se preguntó también «¿cuál será la siguiente fábrica que cierre?», una circunstancia que atribuyó a la política agraria y a quien «está refrendando que la distribución campee a sus anchas». «Los responsables directos son los políticos y después las distribuidoras», subrayó Freire, quien dijo que la Xunta también es responsable en la que medida en que no se pronuncie, y «hasta ahora no lo hizo», destacó, sobre las gestiones a desarrollar para salir de esta situación. Por ello, auguró que el resto de industrias radicadas en Galicia «irán detrás» de Pascual.

UUAA tampoco se mostró sorprendido por el ERE de Pascual, que demuestra que la crisis que vive el sector es «muy complicada» pero no exclusiva de productores, sino que afecta al conjunto del rural gallego. Iglesias señaló que Pascual es la única empresa de España que no hace marcas blancas, cuyo consumo se está incrementando probablemente por la situación económica general, pero auguró las mismas consecuencias para el resto de industrias si no se toman medidas. «La distribución tiene que llegar a un compromiso de país en el uso que hace los productos lácteos y las administraciones tienen mecanismos para ello», insistió el sindicalista, quien también instó a la Xunta a que la inspeccione.