Pescanova, dispuesta a retomar su proyecto en cabo Touriñán si Bruselas desbloquea las ayudas

Miguel Á. Rodríguez

ECONOMÍA

25 abr 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

Pescanova no se ha olvidado de su proyecto en cabo Touriñán. El veto impuesto por el Gobierno de Pérez Touriño a esta planta para el cultivo de rodaballo, capaz de producir hasta 10.000 toneladas anuales, podría levantarse con el PP en la Xunta. Y ayer, el presidente del grupo alimentario vigués, Manuel Fernández de Sousa, afirmó que la empresa estaría dispuesta a retomar este objetivo industrial a medio plazo. Pero para ello sería imprescindible que Bruselas desbloquee el acceso de las grandes empresas a los Fondos Europeos de Pesca (FEP), que reservan cerca de 400 millones para la acuicultura gallega hasta el 2013.

El antiguo Instrumento Financiero de Orientación Pesquera (IFOP) financiaba hasta un 50% del coste de los proyectos. La nueva política de la UE prohíbe subvencionar más del 30%. Las grandes firmas acuícolas y conserveras de Galicia se han dirigido al Gobierno central, al comisario europeo Joe Borg y a la Xunta para que les permita acceder a los FEP. Sostienen que los proyectos de los grupos industriales más potentes actúan de tractores sobre las pymes y sin ellos no habría inversiones.

Fernández de Sousa aclaró sin embargo que, a corto plazo, el crecimiento no pasa por cabo Touriñán, sino por la localidad portuguesa de Mira, donde se inaugurará en el plazo de un mes la planta que reemplazó a la que Pescanova diseñó para Galicia. La instalación lusa fue programada en dos fases para producir hasta 7.000 toneladas. Pero tiene una reserva de suelo para otra ampliación hasta las 12.000 toneladas. «No descartamos la posibilidad de hacer cabo Touriñán -dijo ayer Manuel Fernández-, pero cuando la ecuación económica sea correcta y el mercado lo recomiende».

Beneficios

La junta de accionistas de Pescanova aprobó ayer las cuentas del 2008, que arrojaron un beneficio neto para el grupo de 25,7 millones de euros, un 2,8% más que en el 2007, con una cifra de negocio de 1.343 millones. La empresa repartirá 5,8 millones de euros en dividendos, a razón de 0,45 euros brutos por acción. Fernández de Sousa destacó la «suerte y habilidad» de la firma para anticipar las grandes inversiones de su plan estratégico de acuicultura al terremoto financiero y a la crisis mundial.

El grupo se marcó el reto de alcanzar las 200.000 toneladas de especies de cultivo propio en el 2012. Durante el 2008, la acuicultura aportó 67.772 toneladas, el 24% de la producción de Pescanova, que manejó otras 210.302 toneladas de pesca salvaje. En el 2009, la acuicultura rondará el 35% de la producción.

Pero los deberes están hechos, con los grandes proyectos ejecutados o a punto de concluir, todos financiados a largo plazo y sin hipotecar muchos recursos propios. En los dos últimos ejercicios, Pescanova amplió su acuicultura en Honduras, Guatemala, Ecuador (todavía en obras), Nicaragua, Portugal y Galicia. Además, aumentó las ventas en sus mercados estratégicos (España soporta el 56% de las ventas, el resto de Europa el 24%, y Japón, Estados Unidos, Latinoamérica y otros mercados menores, un 20%).

El presidente de Pescanova descartó realizar adquisiciones de empresas en el 2009, «salvo que aparezcan oportunidades». En este ejercicio, el grupo enfriará su ritmo de inversión para salvar el que posiblemente sea el año más duro de la crisis. Fernández de Sousa cree que su compañía está «bien posicionada» para hacer frente a la caída del consumo, ya que los productos alimenticios, congelados y de consumo en el hogar «sufren las menores caídas de ventas».