Un muerto en los disturbios de los antisistema en la City londinense

Manuel Allende

ECONOMÍA

Las protestas de los 4.000 manifestantes dejaron también 32 detenidos y 11 heridos por las cargas policiales, en una ciudad tomada por las fuerzas de seguridad

02 abr 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

Un hombre murió ayer durante el transcurso de la violenta jornada de protesta convocada por grupos antisistema que concentró en el corazón financiero de Londres a más de 4.000 manifestantes -según fuentes policiales. El hombre sufrió un paro cardíaco al caer al suelo en una manifestación. A pesar del ambiente de carnaval creado por la mayoría de los manifestantes, otras once personas resultaron heridas y 32 fueron detenidas por la policía. En el capítulo de los daños materiales, la principal damnificada fue una sucursal del Royal Bank of Scotland, que fue asaltada y acabó destrozada.

Con todo, los enfrentamientos con las fuerzas de seguridad fueron esporádicos, aunque intensos, y se resolvieron con rapidez.

Los antisistema se han parapetado esta vez bajo el paraguas de un grupo creado para la ocasión, el G-20 Meltdown ( meltdown es el vocablo que se utiliza en inglés para hacer referencia a la fusión nuclear). Dentro de él se engloban movimientos de lo más variopinto: desde los anarquistas de Wombles y Rising Tide, a grupos anticapitalistas, antiglobalización, anticambio climático, e incluso contrarios a la guerra de Irak. El G-20 Meltdown había planeado la jornada con logística militar, pero Scotland Yard hizo sus deberes, y los 5.000 agentes desplegados evitaron los graves incidentes que las autoridades temían y los radicales buscaban.

Asalto al Banco de Inglaterra

La jornada de protesta comenzó a las once de la mañana hora local, cuando se formaron cuatro manifestaciones simultáneas en cuatro estaciones de metro, todas a escasa distancia del lugar de la cita, el Banco de Inglaterra, institución que en las web de los manifestantes recibía el apodo de la Bestia. En los panfletos convocantes de la manifestación se prometía llegar hasta «las entrañas de la Bestia».

Desde esos cuatro puntos partieron los manifestantes, encabezados en cada caso por una figura distinta, ideadas en conjunto para representar a los cuatro jinetes del Apocalipsis. Desde la estación de Moorgate partía el jinete rojo, que representa los horrores de la guerra; de Liverpool Street, el verde, que remite a las penurias del cambio climático; de London Bridge, el plateado, símbolo de los delitos financieros; y de Cannon Street, el negro, que representa a todos aquellos afectados por la crisis económica mundial, en especial a los parados.

La coalición Stop the War, por su parte, se manifestó frente a la Embajada estadounidense en Londres, y desde allí partió hacia Trafalgar Square.

Hacia el mediodía, todos los grupos antisistema habían alcanzado el estómago de la Bestia, el Banco de Inglaterra, bajo una pancarta que rezaba: «El capitalismo no funciona».

Música en vivo

El ambiente que reinaba entre los manifestantes era festivo. Muchos acudieron a las movilizaciones caracterizados. Entre los disfraces, alguno de conde Drácula (el capitalismo que chupa la sangre de los ciudadanos) y otros de presos encadenados (reos del sistema capitalista y de los banqueros). Para amenizar la protesta, música en vivo (a cargo de varios grupos de percusión) y también enlatada (acordes de Bob Marley, entre los que más sonaron). El buen tiempo acompañó la fiesta.

Pero a medida que pasaban los minutos crecía la sensación de confrontación. El momento más tenso de la jornada se produjo hacia las dos de la tarde, cuando un grupo de radicales logró llegar hasta la mencionada oficina del RBS, en Threadneedle Street, a escasos metros del Banco de Inglaterra, y rompieron los cristales al grito de «acabemos con los bancos, colguemos a los banqueros». Finalmente penetraron en su interior, desde donde extrajeron diverso material de trabajo, incluidos los ordenadores.