La crisis fuerza a los dos gigantes de las comunicaciones, Telefónica y Vodafone, a compartir inversiones en redes

Miguel Á. Rodríguez

ECONOMÍA

24 mar 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

La crisis también aprieta a los grandes. Incluso a los todopoderosos líderes de las telecomunicaciones. Telefónica y Vodafone, los dos grandes rivales del sector en Europa anunciaron ayer un acuerdo histórico para compartir inversiones en sus nuevas redes de cuatro países, entre ellos España. El pacto les supondrá, en palabras del presidente de Telefónica para Europa, Matthew Key, un ahorro de «cientos de millones euros en los próximos diez años».

El documento nace como manera de reducir costes y, al menos en teoría, repercutir este ahorro en la mejora de servicios a los clientes. Tendrá validez en el Reino Unido, Irlanda, Alemania y España, con posibilidad de extenderse a la República Checa, el cuarto país donde ambas compañías trabajan en competencia.

En España, Telefónica y Vodafone ya comparten desde el 2007 más de 2000 emplazamientos 2G y 3G, que ahora se multiplicarán en los próximos dos años. Ambas firmas manejan 141 millones de clientes en los 5 países (64 la compañía española, que facturó 57.946 millones de euros en el 2008; y 77 la británica Vodafone, que ingresó el pasado año 37.891 millones de euros).

Esta última maneja además 23 millones de usuarios en Italia, donde Telefónica opera como principal accionista de Telecom Italia (con 35 millones de clientes), pero donde por ahora no habrá acuerdo de colaboración para futuras inversiones.

En España, ambas operadoras mueven anualmente 700 millones de euros en inversiones para la mejora y adaptación de sus redes a las nuevas tecnologías.

El convenio de colaboración, que no pilló a la competencia por sorpresa, ya que era un rumor a gritos desde que hace varias semanas The Guardian adelantó las negociaciones abiertas para el Reino Unido, lo que suscitó quejas del resto de operadores. El mercado, en cambio, no descarta que la sombra de este macroacuerdo de los dos gigantes acabe arrastrando al resto de agentes del sector. Por si acaso, la Comisión Europea se encargó ayer de alisar el camino. Sus portavoces afirmaron que la legislación sobre telecomunicaciones prevé estas alianzas para compartir infraestructuras de redes, siempre y cuando los pactos respeten las normas de competencia de la UE.