A finales de mayo del pasado año, el Gobierno dio luz verde a la planificación energética nacional para el período 2008-2016, en la que se incluía la construcción de un nuevo gasoducto entre Galicia y Madrid, obra largamente demandada debido al colapso del actual tendido. Sin embargo, diez meses después de que el programa fuese aprobado, el Ministerio de Industria aún no ha adjudicado la construcción de la nueva instalación.
La red tendrá su origen en Guitiriz (Lugo) y, después de discurrir por 550 kilómetros, finalizará en Algete (Madrid). Debido a la complejidad de la infraestructura, el gabinete de Miguel Sebastián ha dividido su desarrollo en cinco tramos. El primero de ellos, que enlazará Guitiriz y Lugo, ha sido calificado con la categoría de urgente, por lo que su entrada en operación estaba fijada para el 2012.
Sin embargo, el Ministerio de Industria ha admitido que aún mantiene pendiente de adjudicación directa la construcción de esta fase, de cuya ejecución es más que probable que se encargue Enagás, el gestor técnico del sistema, ya que es el único operador que lo ha solicitado.
Cuatro tramos, en el 2013
Para el 2013 está prevista la entrada en funcionamiento de las conexiones Lugo-Villafranca; Villafranca-Castropodame; Castropodame-Zamora y Zamora-Algete.
A excepción del tramo Villafranca del Bierzo-Castropodame -el único adjudicado, a Enagás, y que está pendiente de la declaración de impacto ambiental- las tres conexiones restantes están pendientes de autorización directa, aunque todas ellas han sido solicitadas por varios promotores. En el listado de aspirantes podría encontrarse Endesa, que ya había anunciado su intención de pujar por construir el tendido. La eléctrica cuenta con planes estratégicos en Ponferrada (León), en donde tramita la construcción de una central de ciclo combinado de 850 megavatios de potencia, que será alimentada desde la planta que tiene Reganosa en la ría de Ferrol.
Enagás -que ha solicitado la adjudicación directa del nuevo gasoducto- asegura que ya está avanzando en la ingeniería de detalle del tendido con el fin de adelantar trabajo ante una posible adjudicación, aunque insiste en que las tareas son aún muy preliminares.
Muchos trámites
La demora del Ministerio de Industria en la adjudicación de la infraestructura pone en riesgo el cumplimiento de los plazos inicialmente previstos. Una vez elegido el promotor, aún habrá que desarrollar el proyecto de ingeniería de la nueva autopista gasística gallega y seleccionar a las empresas que se van a ocupar de la obra.
La orografía gallega tampoco propicia la ejecución de este tipo de comunicaciones. Fuentes del sector gasista explicaron que, en la comunidad, las ratios de construcción de gasoductos se mueven en una horquilla de entre 250 y 300 metros lineales por día. No obstante, aseguraron que el gasoducto gallego se ralentizará sensiblemente en algunos tramos, como el que atravesará Os Ancares.
Descongestionar Reganosa
La construcción de este gasoducto, que requerirá de una inversión de 400 millones de euros, es también una pieza indispensable para la ampliación de la capacidad de regasificación de Reganosa, aprobada también en la planificación estatal para el período 2007-2016.
La planta de gas de la ría de Ferrol ha abierto el concurso para la adjudicación de su proyecto de ampliación, con el que pasará de emitir 418.000 metros cúbicos a la hora, a 825.000. La compañía con sede en Mugardos prevé tener terminada esta obra -que no supondrá la ampliación de las instalaciones, sino la puesta en funcionamiento de dos nuevos vaporizadores para incrementar la cantidad de gas que vierte a la red- en el año 2013. De ahí la importancia de que el final de ambas infraestructuras -la planta y el nuevo tendido- estén acompasados.
La construcción del nuevo gasoducto hasta Madrid será una de las principales autopistas gasistas del país y servirá también de punto de interconexión con la zona noroeste.