Gas Natural prepara su desembarco en Unión Fenosa con un nuevo equipo directivo que romperá el control del gallego Honorato López Isla, auténtico alma máter de la compañía, adonde llegó en el año 1972. El actual consejero delegado y vicepresidente de la eléctrica gallega desde el 2002 tendrá en su mano seguir en la empresa cuando la gasista que preside Salvador Gabarró asuma las riendas. Pero no en su actual puesto ejecutivo. Gas Natural habría ofrecido a López Isla hasta una vicepresidencia en el futuro organigrama, pero sin atribuciones de mando.
La futura decisión podría arrastrar a otros miembros de su equipo más próximo, formado por una decena de personas de su máxima confianza. De manera extraoficial, Gas Natural ya ha expresado su intención de analizar «caso por caso» a los 33 miembros de la alta dirección de Unión Fenosa, cuya cúpula está integrada por casi un centenar de cargos. El grupo catalán quiere negociar el futuro de estos mandatarios, la mayoría con contratos blindados. Y tiene calculadas las indemnizaciones, que según algunas fuentes no superarían los 50 millones de euros. La empresa contempla tanto prejubilaciones como indemnizaciones que no superarían las cinco anualidades.
A estas cantidades habría que sumar las stock options aprobadas en julio del 2008 por el consejo de Unión Fenosa. Estas opciones sobre acciones afectan a 92 directivos, que pudieron adquirir entre todos 18,2 millones de títulos a un coste de 13,85 euros por acción. Si Gas Natural lanza en febrero su opa al precio anunciado (18,05 euros) las plusvalías medias superarán los 830.000 euros.
«Es pronto para definir el futuro de la dirección de Unión Fenosa», admitían ayer fuentes de las dos compañías, que remiten el resultado final a una «decisión personal» de Honorato López Isla. Lo cierto es que en función de su salida, algunos miembros de su equipo tendrán más o menos opciones de continuar. La gasista dispone aún de tiempo para decidir, ya que si finalmente lanza su opa en febrero y la liquida en abril, la fusión de ambas compañías no se contempla hasta finales del 2009 o principios del 2010.
En las últimas sacudidas accionariales, el equipo de López Isla nunca estuvo cuestionado. Cuando en 1982 Fenosa se fusionó con Unión Eléctrica Madrileña, la firma resultante, Unión Fenosa, mantuvo a su frente al equipo gallego. El Banco de Santander se hizo con el control de la compañía sin cambiar la cúpula hasta que, en septiembre del 2005, Emilio Botín vendió su 22% a Florentino Pérez (ACS), rechazando la oferta de varios empresarios gallegos liderados por Amancio Ortega. Tampoco entonces la dirección sufrió grandes cambios. Ahora el panorama es distinto. Gas Natural se presenta como el primer gran socio industrial dispuesto a absorber a Unión Fenosa. Esta vez sí habrá un equipo propio para tomar el volante de la futura compañía. Y saldrá del despacho de Gabarró, que prevé encargarle el diseño a una consultora externa.