El premio Nobel de Economía 2008, el estadounidense Paul Krugman, se mostró ayer en Estocolmo preocupado por lo rápido que puedan aplicar los Gobiernos sus planes para superar la crisis, ya que la economía está declinando a gran velocidad. «Todos tenemos reservas sobre cuánto pueden gastar los Gobiernos», pero más importante es, a su juicio, saber si los planes de rescate se pueden poner en marcha a la velocidad necesaria. Krugman, premiado por sus trabajos sobre comercio internacional, insistió en que el momento actual es «muy difícil» y en que «las cosas van a ponerse peor». A su juicio, un aspecto que puede ayudar es la experiencia japonesa, que permite saber «qué políticas funcionan y cuáles no».
Con respecto a por qué los expertos no advirtieron la seriedad de la crisis, Krugamn aseguró que él no fue consciente de «lo frágil y vulnerable que era el sistema financiero», sobre todo la «banca paralela, que son bancos de hecho pero que no son bancos, que no están regulados como los bancos».