Sarkozy fracasa en su intento de que Merkel financie el plan anticrisis de Bruselas

Esperanza Suárez

ECONOMÍA

25 nov 2008 . Actualizado a las 09:41 h.

Francia y Alemania están de acuerdo en la necesidad de un plan coordinado para relanzar la economía europea, pero discrepan a la hora de concretarlo. Una hora de discusiones no fue suficiente para que Nicolas Sarkozy convenciera a Angela Merkel para financiar los 130.000 millones de euros que costará, según las previsiones de Bruselas.

«Francia trabaja, Alemania reflexiona». La frase lapidaria del presidente francés resume las posiciones de los dos países sobre las medidas que la Comisión Europea propondrá mañana a los 27 miembros de la Unión. Ayer, el décimo consejo de ministros conjunto acabó sin aprobar ni una sola medida concreta.

La canciller alemana reconoció la necesidad de una «respuesta europea» a la crisis, pero excluyó la posibilidad de que Berlín se comprometa a nuevos gastos y recurra al arma presupuestaria. «No hay que confundir acción con precipitación», aseguró Merkel, echando así un jarro de agua fría sobre los intentos de Sarkozy de convencerla para que la primera economía europea tome medidas suplementarias. Alemania no quiere aportar ni un euro más para el plan de Bruselas y estima que ya ha «hecho los deberes» al desbloquear 32.000 millones en dos años para sostener la economía más allá del Rin. No tomará más medidas financieras antes de que su Gobierno evalúe en enero el efecto de las ya decididas.

Merkel, en cambio, sí es partidaria de otras iniciativas que «no cuesten dinero» a los Estados, como la flexibilización de ciertas reglas que afectan a las pymes.

Minimizar las diferencias

El presidente galo trató de minimizar las diferencias entre Francia y Alemania. Frente a la firmeza de su interlocutora, intentó incluso encontrar una explicación: «Nuestras organizaciones no son las mismas. De un lado hay un país federal, del otro un país que está más centralizado», explicó.

Ante la imposibilidad de convencer a la canciller, Sarkozy pasó de puntillas sobre las discrepancias e insistió en los puntos de acuerdo. «Sobre la crisis financiera actuamos juntos, sobre el análisis de la gravedad de la situación económica hacemos las mismas constataciones; estamos de acuerdo sobre la coordinación, estamos de acuerdo sobre la necesidad de tomar otras medidas? Hay más convergencias que divergencias».

Están también de acuerdo en que la vía elegida por el primer ministro británico, Gordon Brown, para relanzar el consumo no es la adecuada. «Una bajada general del IVA, que es quizás la respuesta para ciertos países, no es la buena respuesta para Francia y Alemania», aseguró Merkel mientras Sarkozy se preguntaba si hay que utilizar los márgenes de maniobra de los que disponen para bajar los precios o para fomentar la inversión y la investigación.

Y en plena crisis del sector del automóvil, París y Berlín coinciden también en su determinación para respaldar a las marcas de sus respectivos países. «Nuestra voluntad es defender la industria europea sin colocar barreras proteccionistas», aseguró Sarkozy.