Una inyección de confianza para el ciudadano que beneficia sobre todo a las entidades financieras

J. O.

ECONOMÍA

08 oct 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

Subir el nivel de garantía estatal sobre los depósitos bancarios parece una medida dirigida a proteger los intereses de los pequeños ahorradores y de los ciudadanos en general. Y así lo han vendido la mayoría de Gobiernos europeos y los líderes de las instituciones comunitarias. Pero en realidad se trata de una decisión que favorece sobre todo a los propios bancos y a las grandes fortunas.

En primer lugar, porque la inmensa mayoría de los europeos no tienen 50.000 o 100.000 euros en sus cuentas (el depósito medio de los españoles ronda los 21.000 euros). Y en segundo término, porque los Veintisiete ya habían planeado asegurar el 100% de los ahorros privados mediante otra fórmula incluso más eficaz que esa: intervenir cualquier compañía financiera en peligro, inyectar el dinero público necesario para reflotarla, y proceder luego a su nacionalización o a su venta a otra firma solvente.

Así lo acordó ayer el Ecofin, así lo habían pactado el sábado en París los presidentes y primeros ministros de las cuatro grandes economías comunitarias (Alemania, Reino Unido, Francia e Italia), y así llevan obrando desde hace semanas muchas capitales europeas, conscientes de que, en la actual situación, la quiebra de un banco arrastraría de inmediato a muchos otros.

Bélgica, Luxemburgo, Francia y los Países Bajos no dudaron en actuar de ese modo con Fortis y con Dexia, que han cambiado de manos en pocas horas. Y el Reino Unido no tardó ni un día en acudir al rescate de Northern Rock, primero, y de Bradford & Bingley, después. Siempre con dinero de los contribuyentes, siguiendo el modelo que empleó EE.?UU. para evitar que la quiebra de sus bancos e hipotecarias más importantes empujara al abismo al resto de las empresas y provocaran el colapso absoluto de su economía.

Elevar el nivel de cobertura sobre los depósitos, por tanto, no añade nada nuevo a su seguridad. Salvo por una circunstancia, que es la que ha movido a la UE a pactar in extremis una cifra conjunta: si cada país siguiera actuando por su cuenta, como hicieron, entre otros, Irlanda y Alemania, la desconfianza movería a los ahorradores a llevarse su dinero al país que les diera más garantías. Y tal y como están las cosas, ningún banco, ni siquiera los que gozan de las situaciones más saneadas, puede arriesgarse a una descapitalización de ese estilo.?

Austria y Portugal

Eso fue lo que le contaron el lunes a Zapatero los responsables de la banca española. Y eso explica también que muchos Gobiernos de la Unión, como los de Austria y Portugal, aseguraran también el lunes que garantizarían el 100% de los ahorros, y que ayer, sin embargo, anunciaran que elevaban sus coberturas solo hasta los 50.000 euros por entidad y titular que fijará la nueva normativa. Porque no era el dinero de los pequeños ahorradores el que corría peligro, sino el de los banqueros.