«Leváronnos as fincas case gratis»

ECONOMÍA

A Nicolás Faraldo le expropiaron 2.700 metros por 17.000 euros y se queja de que Martinsa-Fadesa construyó un edificio de 12 pisos que vendió por más de un millón

05 ago 2008 . Actualizado a las 02:20 h.

Nicolás Faraldo mira de reojo a sus nuevos vecinos, los inquilinos de los apartamentos de la macro urbanización de Martinsa-Fadesa en Miño. Aclara que no les tiene rabia, ni envidia, pero cruzarse con ellos le enturbia el día. «Perdo a cabeza cada vez que o penso: isto non foi expropiado, foi roubado», lamenta señalando al suelo. La suya es una de las 160 familias a las que el Concello de Miño desposeyó de más de un millón de metros cuadrados de fincas para que la promotora construyese Costa Miño, un complejo de 1.217 pisos y chalés.

A Nicolás le indemnizaron con 17.000 euros por un terreno de 2.700 metros en el que ahora hay un bloque con 12 viviendas, que Martinsa-Fadesa ha vendido a un precio medio de 90.000 euros, es decir, por los 12 pisos la compañía ingresó más de un millón de euros. «Non podo facer eses números, que se non...», reconoce este afectado, que reside a pocos metros de los apartamentos, en el número 10 de una aldea de Miño de la que pocos de los nuevos inquilinos de Costa Miño conocen el nombre: San Juan de Villanueva.

Tierras de labradío

Nicolás plantaba patatas y habas en el lugar en el que hoy hay calles que miran a un campo de golf, pero también tenía otros planes para el terreno. «Unha vez estábamos recollendo patacas e a miña neta pediume a horta para facer unha casa, non me olvidarei nunca, apenas tiña catro anos», recuerda para explicar con rabia que él se quedó sin tierras para cultivo y sin posibilidad de legárselas a los suyos. «Se agora quixera comprar un terreo para os meus oito netos, ¿venderíame Martinsa-Fadesa por 17.000 euros, por o prezo que me pagou?», se pregunta este agricultor jubilado que acaba de cumplir los 73 años. Al igual que el resto de los vecinos afectados, Nicolás habla con desesperanza de los años de pleitos que lleva y de los que le quedan y con los que pretenden que se anule el precio de la expropiaciones. Les dieron seis euros por metro cuadrado y ellos reclaman 30, como mínimo.

Una sentencia del Tribunal Superior de Xusticia de hace unos meses les hizo recuperar algunas esperanzas, ya que el juzgado anula el proceso y obliga a retrotraerlo y a que se persone la promotora.

La alegría duró poco, ya que la suspensión de pagos de Martinsa-Fadesa puede complicarles mucho más la reclamación. Para empezar no saben si pueden personarse como acreedores en el proceso concursal o debe hacerlo el Concello de Miño, que fue la entidad que expropió a favor de constructora. Los afectados asisten a un periplo complicado sobre el que, en algunas ocasiones, solo pueden limitarse a ver como debaten sus abogados y que Nicolás resume con sorna gallega: «Levaronnos as fincas case gratis e agora nin a empresa nin o Concello teñen cartos, non sei que podemos facer no xuzgado, pero a cousa está fácil de saber, resume.

Lo que tienen claro es que seguirán peleando y que tratarán de adelantar todos los puestos que puedan en las colas de los acreedores.

Asamblea

«Se o xuíz non nos deixa que o diga, pero creo que debemos estar entre os acredores, porque do Concello non podemos fiarnos xa», recalcan desde la asociación de afectados, que ayer acordó en una asamblea personarse en el concurso que dirime el Juzgado de lo Mercantil número 1 de A Coruña.

Nicolás Faraldo exige más dinero, pero sobre todo justicia.