Registran la sede de Deutsche Telekom por el espionaje a algunos de sus altos cargos

Enrique Müller

ECONOMÍA

30 may 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

El gigante de las telecomunicaciones alemanas, Deutsche Telekom, quedó enfrentado ayer a una inédita investigación oficial de la Justicia, que persigue esclarecer las responsabilidades de al menos dos altos ex ejecutivos de la empresa en un grave escándalo de espionaje ordenado para vigilar las conversaciones telefónicas entre varios periodistas y ejecutivos del consorcio.

Después de llevar a cabo un registro en varias oficinas de la sede del grupo en Bonn, la Fiscalía admitió que ha abierto una investigación oficial contra varios antiguos ejecutivos, entre ellos el ex presidente de la operadora Kai-Uwe Ricke y el ex jefe del consejo de vigilancia, Klaus Zumwinkel. Ambos directivos han negado estar involucrados en el caso. El escándalo comenzó a gestarse el fin de semana pasado cuando el semanario Der Spiegel reveló que la empresa había controlado clandestinamente, durante los años 2005 y 2006, las llamadas telefónicas de sus directivos y de miembros del consejo de vigilancia a la prensa para detectar posibles filtraciones.

Según la revista, Deutsche Telekom interceptaba los registros telefónicos de los ejecutivos bajo sospecha de pasar informaciones a los medios y los enviaba a una consultora en Berlín, que a su vez analizaba los datos recibidos y los comparaba con los números de teléfono de los periodistas. El objetivo de las operaciones, que fueron bautizadas como Rheingold y Clipper, era la evaluación de cientos de miles de llamadas a la prensa. El escándalo de espionaje cobró una nueva dimensión cuando el periódico económico Financial Times Deutschland reveló que el gigante alemán había contratado en el año 2000 los servicios de la empresa de detectives berlinesa, DESA, fundada por antiguos miembros del servicio secreto germano, para vigilar, incluso con cámaras de vídeo, a su redactor jefe Tasso Enzweiler.

Aunque la actual dirección de Deutsche Telekom admitió haber vigilado las conversaciones sus ejecutivos y de varios periodistas, la Fiscalía decidió abrir una investigación oficial ante la sospecha flagrante de que el gigante alemán, al ordenar el espionaje, violó varias leyes federales, entre ellas, el secreto de las comunicaciones. Un portavoz señaló, sin embargo, que la actual dirección del grupo está excluida de la investigación

Una peligrosa deuda

«El encargo vino de muy arriba y tenía la aprobación de la dirección de Telekom», confesó ayer, Ralph Kühn, jefe de la firma consultora de Berlín Network.Deutschland GMBH, que analizó las informaciones recibidas del consorcio. El encargo terminó a finales del 2006, al parecer, a causa de un cambio en la cúpula de la compañía. Pero la empresa cometió un error: no pagó los servicios de la firma de Berlín. Kuhn, indignado, envió a finales de abril pasado un fax a la central de Telekom en Bonn, en el que amenazaba con consecuencias si no recibía el dinero. Una copia del fax llegó a manos del revista Der Spiegel.