Un constructor se va a Brasil y sus 40 empleados llevan 2 meses sin cobrar

ECONOMÍA

10 may 2008 . Actualizado a las 15:57 h.

«Aquí estamos, tirados como cans». Lo dicen seis de los trabajadores de la constructora y promotora compostelana Carreira y Martínez, que van cada día a su trabajo aunque llevan dos meses sin cobrar, al igual que el resto de la plantilla de la firma que tiene su sede en el polígono compostelano de Costa Vella.

Que acudan puntuales al tajo no quiere decir que trabajen; de hecho, de la obra que tenían encomendada, unos chalés en construcción situados en A Picaraña (Padrón), ya se han llevado las máquinas y no hay material, según dicen los operarios, para tener siquiera algo que hacer.

«En febreiro deixaron de subministrar material e deixamos de cobrar nós», explica uno de los afectados, que dice que, finalmente, sí que cobraron ese mes, aunque tarde, pero fue el último. Los cheques que recibieron en marzo ya no tenían fondos.

El propietario de la empresa, José Manuel Carreira Martínez, ha permanecido en Brasil los últimos días. En la sede central de su empresa, el personal asegura que volverá hoy y rechazan tajantemente las afirmaciones vertidas por Jesús María Calvo, secretario de Metal, Construcción y Afines de UGT en la comarca compostelana. «Ese señor -dicen en la oficina- habló de que había un vacío de poder, que no se sabía si iba a volver, cuando volverá mañana [por hoy]».

Dicen que Carreira no se fue a América para abandonar la empresa, sino por motivos tanto de negocios como personales. E indican que la prueba de que tiene pensado regresar es que el lunes tiene una cita ineludible en el Hospital Clínico de Santiago. «A partir del martes -añaden- será él el que tenga que decir qué es lo que va a pasar, porque es cierto que la situación no es buena, pero no que haya un vacío de poder».

Los seis de A Picaraña, a punto de plegar los bártulos que no han utilizado, se muestran muy preocupados. Son José Manuel Cuns, Francisco Moreira, José López, Raúl Romero, Maximino Fernández y Jesús Baleirón que, aún sin cobrar, siguen yendo todos los días a la obra desde lugares tan distantes como Serra de Outes, Laxe, Vimianzo, Muros y Dodro, en el caso de Baleirón. Y ahora, además, se pagan la gasolina y la manutención de su propio bolsillo, porque ya no pueden contar con la empresa. «Non podemos abandonar o noso posto de traballo, por iso vimos», explica Cuns.

En la oficina dicen que, en la misma situación que Cuns y sus compañeros se encuentran unos cuarenta trabajadores de una plantilla que llegó a rozar los doscientos, aunque en los últimos tiempos, en plena crisis del sector, prescindió de la mayor parte de su mano de obra. «Pero no estamos en situación de quiebras ni en suspensión de pagos, sí tenemos problemas», insisten en las instalaciones de Costa Vella.

Sobre la causa de que los trabajadores de A Picaraña no tengan material, desde la empresa dicen que se retiró hace unas tres semanas «por seguridad». Y relatan que la cuadrilla afectada «se negó a trabajar a las órdenes del encargado, al que llegaron a insultar».