Un cóctel explosivo resultante del alza del petróleo, la mayor demanda, las malas cosechas y la especulación

La Voz N. B.

ECONOMÍA

15 abr 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

Aunque todos los dedos señalan a la producción de los biocombustibles como causante de la escalada de los precios de los cereales y, en consecuencia, del resto de los alimentos, lo cierto que es la crisis a la que la población mundial -especialmente los países más desfavorecidos- se enfrenta no obedece a un único factor.

Las causas. A la competencia del mercado de los nuevos carburantes, que absorbe parte de la producción de cereales, hay que sumar también el incremento de la demanda, especialmente por parte de los países emergentes, como China y la India. Pero el desabastecimiento, que tira al alza de los precios, también responde a otros factores, como el cambio climático, que se ha traducido en malas cosechas, o lo que el director regional de de la FAO en América Latina, José Graziano da Silva, denominó «ataques especulativos en los mercados globales», un mecanismo similar al que ha propiciado la subida de la cotización del petróleo, y que está vinculado con el derrumbe del dólar que, a su vez, ha favorecido la «fuga de divisas» hacia activos más rentables, como los alimentos.

Los precios. Según las previsiones de la FAO, la factura por la importación de cereales de los países más pobres del mundo se doblará -aumentará un 56%- este año sobre el pasado, después del incremento del 37% que experimentó en el 2007 comparado con el ejercicio anterior. Según el último informe de este organismo de Naciones Unidas, titulado P erspectivas de cosechas y situación alimentaria, para las naciones de bajos ingresos y con déficit alimentario de África, la factura de cereales se disparará un 74% este año debido al aumento de los precios, los costes del transporte y la cotización del petróleo. Sirva como ejemplo que el coste del arroz y del trigo era en marzo casi el doble que hace un año, mientras que el del maíz ha subido más de un tercio.

Los «motines del hambre». Egipto, Camerún, Costa de Marfil, Senegal, Burkina Faso, Etiopía, Indonesia, Madagascar, Filipinas y Haití son algunos de los países en los que se han producido revueltas -incluso con resultados mortales- debido al desabastecimiento por los elevados precios de los alimentos básicos. En Pakistán y Tailandia se han desplegado efectivos militares para evitar que se asalten campos y almacenes. El poco alentador panorama, unido al hecho de que el encarecimiento haya comenzado a dejarse notar también en los países desarrollados -como es el caso de España- ha hecho que los organismos internacionales se hayan apresurado a dar la voz de alarma.

Las previsiones. Sobre las perspectivas de futuro, la FAO prevé que este año la producción mundial de cereales se incrementará un 2,6%, hasta alcanzar la cifra récord de 2.164 millones de toneladas. La mayor parte del aumento lo protagonizará el trigo, dada la mayor superficie cultivada en los países productores. Pero aunque la mayor cosecha podría aliviar los problemas de suministro en la temporada 2008/09, será la climatología quien tendrá la última palabra, ya que el pasado año el buen resultado previsto no llegó a producirse. Tanto es así, que en este momento las reservas de cereales en el mundo solo son suficientes para cubrir las necesidades de 53 días, el nivel más bajo desde 1980.

Soluciones para el futuro. La gravedad del problema a escala mundial hizo que incluso el presidente norteamericano, George Bush, pidiera ayer a su Gobierno que estudie posibles modos de combatir la situación y ayudar a los países que más sufren su impacto. Por su parte, los técnicos de la FAO reclamaron fortalecer la pequeña actividad agrícola para garantizar la seguridad alimentaria en tiempo de crisis.