La Xunta exige a Madrid que evite la marcha de la industria del biodiésel

ECONOMÍA

Las empresas reclaman al Gobierno central que se eliminen las ventajas fiscales existentes para el producto foráneo

15 mar 2008 . Actualizado a las 02:21 h.

La importación masiva de biodiésel estadounidense con subvención en origen amenaza el desarrollo de un sector al que la Xunta le había augurado en Galicia un futuro prometedor y que permitiría localizar nueva industria a la economía gallega, tan dependiente del ladrillo y los servicios. El conselleiro nacionalista Fernando Blanco lanzó ayer la voz de alarma en un tono de pesimismo al que no acostumbran a recurrir en el Gobierno gallego. El responsable de la política industrial gallega denunció que existe un claro riesgo de «deslocalización» de las inversiones porque España no tiene un marco adecuado para el desarrollo e impulso de estas plantas. Blanco admitió estar «muy preocupado» y emplazó al Ministerio de Industria a tomar medidas con la mayor celeridad posible.

En Galicia funciona ahora una fábrica de bioetanol que Abengoa tiene en Teixeiro y otra de Entabán en Ferrol. Pero hay otros seis proyectos, de los que cuatro tienen el respaldo del Igape y otros dos los promueven grupos como Acciona e Isolux Corsán. Entre todos ellos suman inversiones que superan los 200 millones de euros.

Las empresas hacen el mismo diagnóstico que el conselleiro de Industria, pero no creen que ninguna de las obras proyectadas en Galicia fracase. El temor es que si se prolongan las importaciones podría verse amenazada la viabilidad de las industrias a medio y largo plazo. «Isolux sigue con su proyecto para Ferrol, lo que queremos es denunciar que estamos ante unas reglas de juego asimétricas muy perjudiciales para los productores españoles», explicaron ayer a este periódico fuentes de Infinita Renovables, que impulsa una planta en Ferrol.

«El problema más grave es que no competimos en las mismas condiciones», reconocía ayer José Luis López, directivo de Entabán, firma que tiene una fábrica en funcionamiento en la ciudad departamental. En España, la importación de biodiésel subvencionado procedente de Estados Unidos pasó de ser prácticamente inexistente en el 2006 a situarse el pasado año en volumen de 150.000 toneladas, lo que según las empresas supone el 50% del mercado español. Con el objetivo de resolver el problema, las compañías -que se agrupan en la Asociación de Productores de Energías Renovables (APPA)- ya presentaron al Gobierno el pasado año un dictamen jurídico del bufete Garrigues.

En él se avala la solicitud de modificar el actual marco fiscal para evitar que los biocarburantes importados con subvención en origen se beneficien al llegar a España del tipo cero en el impuesto especial de hidrocarburos (IEH), una medida con la que se pretendía fomentar la energía limpia. «Mientras los norteamericanos meten unos aranceles altos, nosotros tenemos un marco en el que los contribuyentes españoles subvencionan el biodiésel norteamericano con 50 millones de euros; así fue en el 2007; por eso esta reforma legal es necesaria, para lograr una situación competitiva justa y leal», explicaban ayer en la APPA. Los productores de renovables advierten de que pronto puede suceder lo mismo con Argentina. El Gobierno español, por ahora, no ha tenido ninguna reacción. El empresariado del sector lo atribuye a la intensidad del año electoral, que ha obligado a aplazar muchas cuestiones. Preguntado al respecto, el Ministerio de Industria no ofreció a este periódico ninguna respuesta.