Bush no da su brazo a torcer. Pese a que cada vez son más los indicadores que lo apuntan, el presidente estadounidense sigue negando la mayor. «No hay duda de que la economía se ha desacelerado, pero creo que no vamos camino de una recesión», afirmó ayer durante una conferencia de prensa en la Casa Blanca. Y como está convencido de que no habrá crecimiento negativo, descarta la posibilidad de promover un nuevo plan de reactivación económica. «¿Por qué no damos la oportunidad de tener efecto al primer paquete de estímulos?», se preguntó Bush, quien añadió que «ahora es el momento de comprobar el funcionamiento de las medidas aprobadas».
El programa impulsado por el Gobierno de Estados Unidos prevé la devolución de impuestos a millones de ciudadanos por valor de entre 300 y 1.200 dólares, así como una serie de ventajas fiscales a las inversiones de las empresas. El presidente aseguró ayer que los contribuyentes empezarán a recibir los cheques en la segunda mitad de mayo, de manera que a finales de ese mes la economía comenzará a sentir los efectos positivos de esta inyección de fondos.
Bush reconoció que los estadounidenses encaran crecientes incertidumbres, incluida la expectativa de que el precio de la gasolina suba a cuatro dólares por galón (1,05 dólares por litro), pero insistió en que las medidas aprobadas por su Administración «darán a los consumidores el empujón que necesitan». El gasto de las familias representa más de dos tercios del producto interior bruto (PIB) norteamericano.
Las declaraciones del presidente tuvieron lugar horas después de que el Departamento de Comercio anunciara que el PIB, que entre julio y septiembre había aumentado a un ritmo anual del 4,9%, se incrementó un 0,6% en el último trimestre del ejercicio. Con ello, la principal economía del mundo creció el pasado año un 2,2%, el ritmo más bajo de los cinco últimos años. En el 2006 el PIB aumentó un 2,9%.
El euro, imparable
La cifra dio alas al euro, que estableció un nuevo máximo histórico frente al billete verde. Esta vez por encima de los 1,52 dólares. Y es que los inversores están convencidos de que la Reserva Federal no tiene otro camino que el de volver a rebajar el coste oficial del dinero para reactivar la maltrecha economía del país. Ya lo ha hecho en cinco ocasiones desde el pasado mes de septiembre.? Otro tanto hicieron los precios del petróleo, que batieron los récords establecidos la víspera. En el mercado de Londres, el barril de crudo brent -la referencia en Europa- llegó a pagarse a 101,26 dólares. Mientras tanto, en Nueva York, el west texas ?-referente en EE.?UU.-alcanzaba los 102,74 dólares.
También el oro, valor refugio en tiempos de crisis y de elevada inflación, avanzó un paso más en su particular acercamiento a la mítica barrera de los mil dólares. En el mercado de Londres, la onza se pagó a 971,91, un nivel hasta ahora desconocido.