Ante la imposibilidad de competir en costes con gigantes como China, Trias recomienda recurrir a la innovación
27 feb 2008 . Actualizado a las 02:00 h.Es polifacético. De partida, porque considera que todos los hombres lo son. Lo único que la propia sociedad y la educación limita su creatividad. Fernando Trias (Barcelona, 1967), en una de sus vertientes, la de economista experto en márketing, aplica esa capacidad humana de crear, de innovar, a mejorar los rendimientos empresariales. Así lo expuso recientemente durante el transcurso de su última visita a A Coruña, a donde acudió a un acto organizado por Caixa Galicia, donde aseguró que con creatividad se puede luchar mejor contra la crisis.
-¿Cómo están de creatividad las empresas españolas?
-Hay de todo, pero principalmente, sed de creatividad e innovación dentro de las propias firmas. No solo en España o en Galicia, sino en todo Occidente. Con la gran proliferación actual de marcas y de competidores resulta difícil encontrar nichos de mercado, por eso hay que ser creativos, para diferenciarse. Y como muchas veces no se sabe cómo hacerlo desde la empresa se subcontrata.
-Entonces la creatividad será un buen arma para que las empresas puedan enfrentarse a los gigantes asiáticos con gran capacidad de imitación.
-Sí, desde luego. Hoy todo se copia a una velocidad muy rápida y contra China, por ejemplo, no se puede competir en costes. La estrategia para conseguir que no nos resten mercados podría pasar por idear la nueva innovación antes de que los competidores hayan logrado imitar la anterior novedad. En el caso de Zara está muy bien aplicado. La idea es: Este escaparate está 15 días. Si quieres algo, cómpralo ahora, porque después ya no lo tendrás en el mercado. La clave es tener nuevas ofertas y no dar tiempo a copiarlas.
-¿Y cómo se aplica eso a las pymes, a una carpintería, a un comercio de confección para el hogar, que al final, son la mayoría del tejido económico?
-La ventaja que tienen las pequeñas y medianas empresas (pymes) es que pueden ser más rápidas al decidir innovaciones. Su estructura es más ágil que la de una multinacional. Y si el gerente decide innovar, se hará. Además, la creatividad no tiene porqué tener altos costes. No hay que pensar solo en cambios radicales en el producto, que son más caros, laboriosos y no siempre funcionan. Pequeñas modificaciones pueden ser útiles.
-¿Y en el campo laboral?
-Algo muy motivador para un empleado es poder ser escuchado, que la empresa le dé la posibilidad de debatir, de exponer sus ideas. Eso es un elemento fidelizador brutal. Cuando de lo que se trata es de intentar abrir nuevos mercados, si se escuchara más a los comerciales no serían necesarios muchos estudios de márketing. La creatividad en el campo de las ventas ofrece muchas posibilidades de comercializar productos ya existentes.
-¿Se puede vencer la crisis económica echando mano de la creatividad?
-En época de vacas flacas es difícil invertir en márketing. Es una situación en la que la inflación despunta y las familias no llegan a fin de mes, con unas hipotecas a las que destinan más de 50% de sus ingresos; y lo que es un hecho hoy, con una pérdida de poder adquisitivo enorme. En estas épocas de menor liquidez lo que el consumidor va a primar es el precio, es decir, va a comprar lo barato. Así, contra la crisis económicas, las empresas crearán estrategias para ser más atractivas en precios, lo que requiere grandes dosis de creatividad. Llega el momento de reducir costes.
-¿Hay diferencia en innovación entre Galicia y otras comunidades autónomas españolas?
-No las conozco en profundidad, pero lo que he podido palpar en las compañías gallegas es que existe cierta inquietud porque el mercado es limitado en Galicia. Muchos empresarios creen que los consumidores de la comunidad no tienen suficiente capacidad para absorber lo que ellos están innovando, que no hay demanda para todo lo que innovan. No obstante, considero que lo que deben plantearse es que el mercado hoy no está solo en Galicia, sino que la idea es que desde un punto de la comunidad su objetivo debe ser satisfacer una demanda en un mercado global.