La crisis obligó a cerrar en Galicia 700 oficinas inmobiliarias en el 2007

Miguel Á. Rodríguez

ECONOMÍA

El frenazo de las ventas de pisos ha disparado un 70% las solicitudes de alquiler, según los agentes especializados

11 feb 2008 . Actualizado a las 14:39 h.

La crisis de la construcción comienza a derribar torres empresariales en Galicia. La más reciente, la constructora tomiñesa Marbar, pendiente de resolver un agujero financiero calculado en torno a los 25 millones de euros. Pero la huella más profunda de la desaceleración en el mercado residencial se la anotan las oficinas inmobiliarias de compraventa.

Durante los años dorados del bum inmobiliario, Galicia llegó a tener hasta 7.800 agencias dedicadas a este negocio. Corrían los prósperos años 2001 y 2002. A principios del 2007 quedaban abiertas poco más de 5.000. Y hasta diciembre cayeron 700 más.

El 14% de los establecimientos han dejado de existir en el último año y el tejido empresarial del sector apenas se ha regenerado con nuevas aperturas (según la asociación de gestores inmobiliarios, solo han germinado dos centenares de negocios en este mismo período). Aunque llamativo, el dato no es malo. De hecho, está muy por debajo de la media nacional. La Confederación Nacional de Agentes de la Propiedad Inmobiliaria calcula en un reciente estudio que un 40% de las 80.000 oficinas de intermediación españolas han cesado su actividad a lo largo del 2007.

Lo que preocupa al sector gallego es que el ritmo de cierres se haya acelerado en las últimas semanas. Agentes de Vigo, A Coruña o Santiago admiten que en Galicia ya están abandonando una media de tres oficinas inmobiliarias cada día. Si la proporción sigue creciendo, a final de año quedarán poco más de 3.000 negocios abiertos.

«En realidad, el sector se está depurando», comenta Ángel González, el presidente de la Asociación Gallega de Gestores Inmobiliarios. Los profesionales sostienen que las firmas con mayor experiencia y personal titulado y preparado están soportando la crisis «con mayor firmeza».

La diversificación del negocio, hacia la gestión de patrimonio o la intermediación hipotecaria, está permitiendo a las inmobiliarias soportar la espectacular caída de las ventas de pisos. Según los datos del INE, en Galicia las viviendas se encarecieron un 5% el pasado año, muy por debajo de la expectativa del sector, pero todavía por delante del IPC. La tendencia es que la moderación continúe, porque los compradores no se animan, acuciados por una menor capacidad de ahorro y unos tipos de interés situados un punto por encima de los que arrancaron el año 2007.

La actividad inmobiliaria está centrada ahora en el mercado del alquiler. Casi un 70% de las peticiones de información en las grandes ciudades de Galicia se refieren a los pisos para arrendar. Las operaciones de venta han caído hasta un 60% a lo largo del último año, según comentan en la agencia viguesa Posada. Y al menos por el momento, el mercado no presenta síntomas de recuperación.