Galicia deberá recortar un 10% sus emisiones de CO2 del 2008 al 2012

ECONOMÍA

La térmica de Endesa lanzará dentro de cinco años un 50% menos de dióxido de carbono que lo permitido en el 2005

12 nov 2007 . Actualizado a las 02:00 h.

El primer Consejo de Ministros de noviembre, celebrado el día 2, aprobó el proyecto definitivo de asignaciones de cuotas de dióxido de carbono gratuitas que podrán emitir las industrias españolas durante los próximos seis años. En Galicia, las 59 instalaciones que generan CO2 en su actividad industrial deberán apañárselas para acabar el 2012 con un 10,5% menos de gases de efecto invernadero que en el 2008.

Como ya ocurriera con el Plan Nacional de Asignaciones anterior (2005-2007), los grandes esfuerzos para reducir emisiones tendrán que realizarlos las dos centrales eléctricas de carbón de Galicia, auténticas máquinas de generación eléctrica y también de dióxido de carbono. Así, tanto Endesa-As Pontes como Fenosa-Meirama deberán lanzar al aire al final del período casi un 20% menos de dióxido de carbono del permitido para el año próximo. Pero ¿cómo queda Galicia en relación al plan anterior? Para este 2007, la asignación global para las industrias gallegas asciende a 12,56 millones de toneladas. Comparándolas con las previstas para el 2012, resulta un recorte futuro en conjunto del 14%.

Gran castigada

La central de As Pontes, como ya se preveía, es la principal castigada por el plan de asignaciones, fundamentalmente porque también es la gran fuente de contaminación atmósferica. Así, para el 2005 Endesa tuvo un cupo de ocho millones de toneladas de CO2; 7,2 en el 2006 y 6,3 millones este año. Echando la vista hacia adelante, hacia el 2012, resulta que la eléctrica deberá emitir entonces casi un 50% menos que en el 2005.

Pese a esto, ni Endesa, ni el resto de industrias tienen previsto reducir producción y actividad para ajustarse a los requerimientos del plan nacional de asignaciones. La fórmula preferida para cumplir con los mandatos del Ministerio de Medio Ambiente es mantener el nivel de producción y superar las cuotas asignadas, es decir, conservar los niveles de contaminación.

A cambio, solo deben comprar en el mercado las toneladas de CO2 que han lanzado de más. El Gobierno -y los países firmantes del Protocolo de Kioto- han establecido como fórmula para lograr una reducción de emisiones, pero sin obligar a las industrias a echar el freno a la producción, que las empresas puedan comprar en el mercado las toneladas en las que se han excedido año a año. Este sistema podría funcionar y obligar a las compañías a invertir en nuevas tecnologías menos contaminantes si el precio de la tonelada de CO2 fuese algo más cara.

Pero, desde principios de este año, los derechos de dióxido de carbono se pueden adquirir a precios de saldo: la tonelada se cotizaba el viernes a 0,07 euros.