Rebasar los 60 años dispara hasta un 50% las primas de los seguros de salud

Pilar Vegas

ECONOMÍA

La media a pagar en la comunidad gallega al año puede pasar de 600 euros a más de 1.300

30 sep 2007 . Actualizado a las 02:00 h.

El negocio de la salud ha comenzado con buen pie el siglo XXI y aunque en el caso concreto de España el Estado garantiza el acceso a una asistencia universal, la contratación de seguros privados está aumenta cada año en todo el territorio. Evitar las listas de espera y acceder a una atención personalizada son las dos principales causas que hacen que, en el caso de Galicia, el 11% de la población decida pagar dos veces por ir al médico, según una encuesta realizada por la patronal de las aseguradoras de salud, Unespa.

Una media algo inferior a 600 euros al año es lo que paga cada asegurado en Galicia por su póliza de salud privada con un cuadro médico, aunque esta cifra oscila considerablemente en algunos casos. A la baja, con reducciones próximas al 30% varía la prima mensual si el cliente pertenece a un colegio profesional -abogados o arquitectos, por ejemplo- o a una empresa u organismo con la que la aseguradora tiene firmado un acuerdo. Y la prima varía al alza a medida que el asegurado va cumpliendo años y muy especialmente cuando supera los 60.

Según las cuantías de las primas ofrecidas por el sector con datos aplicables en el mes que mañana comienza, la cifra a pagar por un asegurado que se aproxima a la edad de jubilación puede elevarse más de un 50% respecto a la que pagaban cuando estaba en la cincuentena. Aunque el salto de un rango a otro cada aseguradora lo pone en una edad diferente, el hecho es que, quien pagaba unos 70 euros a los 55, puede tener una prima mensual un 55% más cara diez años después sólo por su edad, sin sumar la repercusión del IPC que todas las empresas del sector aplican.

Lo que hacen en estos casos las aseguradoras de salud privada es aplicar la lógica mercantil: se cobra más porque es un grupo de clientes que suponen mayor gasto. Como también sucede el caso de las mujeres en edad fértil, cuyas primas, en la mayoría de las aseguradoras, son más altas que las de los varones en el mismo tramo de edad por el alto gasto médico que requieren. Y a los niños menores de cinco años cuando requieren más atención que al rebasar esa barrera.

Prueba de la visión mercantil es que la aseguradoras, en general, establecen como límite de edad para asociarse los 65 años (con ligeras variaciones entre unas y otras). Y las que no lo fijan, pueden elevar la prima a pagar hasta un 120% a los mayores de 75 años, tal y como advierte la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU).

Esta entidad también ha recibido denuncias de personas aseguradas que al alcanzar un volumen de gasto y una edad han visto cómo la compañía les ha rescindido el contrato y, en el plazo de dos meses -período legal que exige el preaviso-, se han quedan sin cobertura privada. A pesar de que hay denuncias, diversos representantes del sector de las aseguradoras y de las asociaciones de consumidores advierten que las empresas están en su completo derecho de rescindir el contrato, puesto que en los documentos que firma el asegurado al adquirirlo consta -salvo excepciones contadas- que la renovación del acuerdo es anual y cada una de las partes pueden rescindirlas unilateralmente. Eso sí, algunas aseguradoras han planteado otra estrategia y en concreto, según datos de la OCU, MutuaSalud y DKV, renuncian a partir del tercer año de contrato a rescindirlo de forma unilateral.

Productos específicos

Dado que España capitanea la clasificación de sociedades en envejecimiento dentro de Europa, también las aseguradoras ven que existe un importante mercado potencial entre los mayores de 65 hasta ahora poco estimados en los seguros probados. Y prueba de ello es que, tal y como empieza a suceder en otros países, se están creando productos específicos para los mayores. Es el caso del seguro Sanitas Oro, que exige ser mayor de 60 años para contratarlo u otros, que contienen la posibilidad de teleasistencia.

Otro hecho del que alertan las asociaciones de usuarios es que, a pesar de que las coberturas son cada vez más amplias ­-e incluyen varias sesiones de psicoterapia o reducciones en el precio de las operaciones de miopía o en cirugía estética-, muchas aseguradoras no cubren la asistencia de enfermedades que ya tenía el cliente al contratar. Y algunas, las menos, aunque no las conociera. Sin embargo, todas las firmas se comprometen a analizar el caso concreto.