Una pelea fue el germen de las llamas que, en la madrugada del 12 de agosto del 2007, redujeron en Lalín a una amasijo de hierros a un Porsche 944s edición especial y que fueron provocadas por dos pontevedreses. Según acaba de declarar probado el magistrado del Penal número uno de Pontevedra, aquella noche, J.H.L. se encontraba en un bar cuando se le aproximó V.G.L., sangrando, y le ofreció mil euros para que le sirviese de «escolta».
Horas antes, este último había tenido un altercado con el hermano del propietario del coche que culmino con unas palabras amenazadoras a la par de proféticas: «Tienes un coche muy bonito y te vas a quedar sin él».
El problema es que confundió el Porsche de la víctima con el Toyota Célica de su hermano. Para el juez pontevedrés, tal circunstancia refuerza la tesis de que «acabó haciendo lo que quería, quemar un coche, con independencia de quien fuera su titular».
En cualquier caso, nada más abandonar el bar, los dos pontevedreses se desplazaron hasta el taller del padre de V.G.L., donde se hicieron con un bate de béisbol, para, acto seguido, acudir a una gasolinera.
Compra del combustible
Tras adquirir combustible, se dirigieron hasta una finca ubicada en el lugar de Alfonselle. Allí, y una vez franqueado el muro que rodea la propiedad, «prendieron fuego al vehículo (...), que resultó inservible».
Las llamas se llevaron por delante, además, una serie de efectos que se encontraban en el interior del deportivo. Entre ellos, una maqueta del mismo modelo de coche, un equipo de música y unas gafas... En total, los peritos estimaron el valor de los daños en más de cuarenta mil euros.
Se da la circunstancia de que V.G.L., esa misma noche, intentó torpedear cualquier investigación que pudiese abrir la Guardia Civil. Así, realizó «una especie de llamada de despiste» poniendo en conocimiento de los agentes que «unos vehículos estaban merodeando por las inmediaciones» de unos talleres de esta localidad pontevedresa.
A la vista de todos estos hechos, el titular del Juzgado de lo Penal número uno de Pontevedra impuso a los dos acusados una pena de un año y medio de prisión por un delito de daños materiales cometidos mediante incendio. La pena de cárcel, asimismo, se complementa con una indemnización de 40.550 euros más los intereses legales que se hubieran generado.
A esta cantidad se suman 3.550 euros de los efectos del interior del Porsche
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Miles de euros