Medalla al mérito para el ingeniero que dibujó A Estrada

DEZA

Benito Fernández diseñó en los 70 la Gran Vía y la Avenida de Santiago

20 may 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

Por Benito Fernández González lo conocen sus familiares y amigos. Como «o fillo do panadeiro de Codeseda» lo identifican muchos más estradenses. Benito Fernández es un ingeniero de carrera meteórica que ayer se colgó un mérito más en la solapa: la medalla al mérito profesional concedida por el colegio nacional de ingenieros de caminos, canales y puertos.

Benito Fernández es originario de la aldea de A Sagrada. Cuando se le pregunta si es estradense no duda ni un momento. Orgulloso, se confiesa al instante oriundo de Codeseda. «Eu, como facemos os galegos, son primeiro da miña aldea, despois da Estrada e despois galego», explica. «Todos me coñecen como o fillo do panadeiro de Codeseda», explica. Su padre, Alfonso Fernández Castro, regentó durante años la panadería de A Sagrada, que aún existe hoy en día, atendida por su familia. A él le tiraba más la ingeniería. Ya desde pequeño. En los años cincuenta, su padre tuvo muy buenos amigos ingenieros de caminos. «Vendo a aqueles homes que para un rapaz coma min eran coma deuses, a min pareceume que era un oficio que prometía. Os enxeñeiros daquela eran xente de moito prestixio e moi respetada», recuerda Benito Fernández. El estradense no quiso ser menos y comunicó a su familia su intención de estudiar ingeniería. Había que ir a Madrid. Su abuelo emigrado en Cuba se ofreció a pagarle la carrera. «Coa revolta de Fidel nin voltou el nin chegaron os cartos», explica. Sus padres tuvieron que apretarse el cinturón para financiarle los estudios. Benito Fernández no desaprovechó el tiempo.

De regreso a Galicia, participó en algunas obras vitales para el desarrollo estradense. En la década de los setenta, durante el mandato del alcalde Suso Durán, proyectó dos de las arterias fundamentales de A Estrada: la Avenida de Santiago y la Gran Vía. Además, fue el autor del proyecto del curro para la Rapa das Bestas de Sabucedo y tuvo mucho que ver en los proyectos del polígono industrial de Toedo y del parque empresarial Lalín 2000.

En la actualidad, su trabajo lo arrastra de viaje por todo el mundo y su vivienda habitual la tiene en Santiago. Sin embargo, cada verano regresa a sus raíces y busca refugio en su molino-residencia de Codeseda, rescatado del Lérez piedra a piedra.