Una ternera de 280 kilos salta un muro de dos metros y arrolla al veterinario que autorizaba su sacrificio

DEZA

10 oct 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

Una ternera del matadero estradense protagonizó la pasada madrugada una escena surrealista a medio camino entre el film La gran evasión y los sketchs de Rowan Atkinson en su papel de Mr. Bean. No es que el animal tuviese parecido con Steve McQueen ni que buscase la carcajada del público agradecido. Tampoco intentaba excavar ningún túnel a golpe de pezuña. Sin embargo, todo apunta a que la ternera presintió la muerte e intentó evitarla con un salto mortal.

Los hechos tuvieron lugar en torno a las seis de la madrugada. Cuando a más de media Estrada aún le quedan varias horas de sueño por delante, la actividad comienza en el matadero estradense. El personal del centro comenzaba a conducir las reses al patíbulo tras el veredicto de los veterinarios autorizados por la Xunta, que supervisan todas las reses para certificar su buen estado antes de sentenciar su sacrificio.

Una de las terneras no las tenía todas consigo. Compartía cuadra con otros cuatro animales y, justo cuando uno de los trabajadores acudió a buscar a una de sus compañeras para conducirla al patíbulo, el animal, de unos 280 kilos de peso, dio un salto y logró superar el muro de más de dos metros que separa la cuadra de las estancias contiguas. En su intento de huída, la ternera intentó vengarse de uno de los veterinarios que cada día autorizan los sacrificios en el matadero estradense. El hombre, que se encontraba al otro lado del muro, fue alcanzado por el animal en su vuelo y aterrizaje. El veterinario no fue golpeado de lleno por el animal. No obstante, sufrió contusiones y un susto considerable. El hombre fue trasladado en ambulancia a un centro médico en el que en principio se le diagnosticaron únicamente contusiones leves.

La ternera tuvo menos suerte. En su aterrizaje no sufrió heridas de ningún tipo, pero, una vez reclutada de nuevo para el matadero, enseguida le llegó el turno de sacrificio. Su desesperado intento de huida fue en vano y toda su valentía estará a estas horas convertida en filetes y chuletas.