Escolares gallegos diseñan un avión no tripulado

Manuel Otero

DEZA

24 jun 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

«¡Que inventen ellos!» Esta histórica frase de Unamuno pareció definir durante muchos años la relación de España con la ciencia y los adelantos tecnológicos. Pero en pleno siglo XXI algo está cambiando.

Trece escolares, pertenecientes a la asociación viguesa Doira, comenzaron hace casi cuatro meses a trabajar en un sueño. En un avión no tripulado capaz de detectar incendios. Ayer, el sueño se presentó en sociedad en el Club Financiero de Vigo.

Estos jóvenes científicos han sido capaces de diseñar todos los sistemas que permitirán a un aeroplano de tres metros de envergadura volar autónomamente a 300 metros de altura a una velocidad de entre 50 y 90 kilómetros por hora. Detectar, con sus sensores de calor, el origen de un fuego y volver a su base. Todo sin piloto.

Conceptos como sensor inercial, giroscopio, algoritmo de Kahman, filtros PID o Ley de Wien no son familiares para la mayoría de los mortales. Pero para estos adolescentes gallegos sí. De hecho, los dominan a la perfección.

David Pérez-Piñar es el coordinador de este proyecto, que se integra dentro de la Jornadas de Jóvenes Científicos organizadas por el Club Doira. David explica que este no es el primer gran reto al que se enfrentan: «Hace dos años diseñaron un satélite artificial. Esto ha sido más complicado. Los chavales han tenido que manejar conceptos que se escapan a su nivel de estudios. Pero finalmente han logrado aplicarlos y, lo que es más importante, entenderlos».

No todos habían trabajado en el diseño del satélite. Algunos se incorporaron al nuevo proyecto y el resultado fue que «los veteranos han ayudado a los que no tenían experiencia», y es que para David Pérez-Piñar ese es otro de los objetivos: «Han aprendido que el trabajo bien hecho es algo gratificante y que es necesario saber trabajar en grupo».

Este es el premio que ya tienen todos. Pero cuatro de ellos también viajarán a Australia para presentar su avión en el concurso científico UAV Challenge, uno de los más prestigiosos del mundo.

Talento adolescente que demuestra que la frase de Unamuno es cosa del pasado.