«Las mujeres están igual de preparadas que los hombres para hacer vela»
02 nov 2011 . Actualizado a las 06:00 h.Anna Corbella (Barcelona, 1976) fue la primera mujer española que dio la vuelta al mundo a vela sin escalas. Lo consiguió en la segunda edición de la Barcelona World Race copatroneando un barco junto a la británica Dee Caffari. Pasaron 102 días, 19 horas y 17 minutos en el mar y acabaron sextas, tras recorrer 25.000 millas náuticas. La regatista, tras circunnavegar el planeta y verlo casi todo en el mar, asegura que pasar Fisterra es un hueso duro de roer. «No es el cabo de Hornos, pero por ahí le anda». La catalana estuvo el pasado sábado en Esmelle, Ferrol, para ofrecer una charla sobre su experiencia.
-¿Qué poso deja una regata como la Barcelona World Race?
-Fue una experiencia superbonita que trato de compartir con los demás y que espero repetir.
-¿Cómo se lleva lo de ser la primera mujer española que da la vuelta al mundo a vela?
-Está bien, y a nivel mediático, funciona. Ser la primera parece que te da más mérito que las que vengan detrás, pero si yo fuera la segunda o la tercera me daría igual. Estaría orgullosa si sirve para que más mujeres se animaran a participar en este tipo de regatas y piensen ¿si esta tía puede, por qué no yo?
-¿Da lo mismo ser hombre o mujer en este tipo de pruebas?
-La gente piensa que cuanto más dura sea la regata más fuerza se necesita y de ahí que se diga que los hombres lo tienen más fácil. No es así, en este tipo de regatas transoceánicas influye mucho el factor mental y en esta faceta da igual ser hombre o mujer.
-¿Qué tal la convivencia de 102 días con otra persona?
-En un principio es cierto que parece lo peor. Luego descubres que no es así, casi no ves a la otra persona, cuando yo hago guardia ella duerme y viceversa. Cuando estás en el barco no hay nada externo que te contamine, estamos concentradas y con el mismo objetivo. Haces lo posible para no enfadarte.
-¿Qué fue lo más duro?
-Te acostumbras y cada día las olas te parecen más pequeñas. Sin embargo, llega un punto en que te das cuenta que llevas muchos días en el mar y se hace duro. Sientes que la regata no se acaba nunca.
-¿Y el momento más difícil?
-La situación más ansiosa aparece cuando estás en un punto crítico, en un lugar inhóspito en el medio del mar, y sabes que en ese momento nadie puede rescatarte. Hace frío, pero más que por el frío tiemblas por si tienes un problema. No llegas a pasar miedo, pero sabes que estás haciendo algo extremo.
-¿A qué océano teme más?
-El Pacífico y el Índico son fríos, húmedos. La impresión es que tu ropa siempre esta mojada. Además, por allí nunca te cruzas a nadie, son inmensos y vacíos. El Mediterráneo es un mar imprevisible, nunca se cumplen las previsiones, y el Atlántico es el océano más noble.
-¿Y las ballenas?
-En el mar es habitual cruzarse con animales, ballenas, delfines, etcétera. A mi me gusta mucho verlos, aunque estos barcos van muy rápidos y si ellas no tienen tiempo de apartarse y nosotros no las vemos es una desgracia para los dos. Podemos hacerle daño al animal y también el barco quedar mal parado. Lo cierto es que en esta regata vimos alguna ballena, aunque no es fácil ver nada, el mar casi siempre está muy movido.
-¿Cómo fue el paso por el cabo de Hornos?
-Hablar de las aguas del cabo de Hornos es hablar de olas de 10 metros, de fuertes vientos de un agua helada. Fue... duro.
-¿Cumplieron con la tradición?
-Yo me puse un pendiente aunque el agujero ya lo tenía hecho. También dicen que si pasas el cabo de Hornos ya puedes mear por barlovento. Bueno, yo no lo hacía ni por barlovento ni por sotavento, meaba en un cubo. Para nosotras lo mejor de pasar este mítico cabo fue que abrimos un paquete de jamón y una botella de champán. Hicimos una fiesta. Incluso nos comimos un pastelito que llevábamos con nosotras en el barco desde hacia mas de dos meses, una especie de flan rarísimo.
-¿Qué comían?
-Lo de comer o dormir es una ruina, algo básico. La comida es liofilizada y dormimos a trozos. Calentamos agua y se la echamos encima a la comida seca y te comes la pasta que se forma.
-¿El momento más triste?
-En mitad del Atlántico nos encontramos con una isla gigante de plásticos. Estuvimos más de 24 horas en las que lo único que pasó cerca del barco fueron trozos y botellas de plástico.
-¿Y la parte económica?
-Los presupuestos van de cinco millones de euros a 500.000. Yo tuve un gran apoyo por parte de la firma Gaes.
-¿Cuáles son sus próximos proyectos?
-El año que viene cruzaré el Atlántico en una regata en la que participan los mejores del mundo. Quiero aprender de ellos.
-¿Ha navegado en Galicia?
-Pasé por aquí delante varias veces y recuerdo que una vez paré en Vigo. Sí, he pasado Fisterra, que junto al cabo de Hornos, es de los peores del planeta.
ANNA CORBELLA PRIMERA ESPAÑOLA EN DAR LA VUELTA AL MUNDO A VELA