Cómo superar un grave ataque de asma antes de un partido

Marcos Pichel LUGO / LA VOZ

CDLUGO

19 oct 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

En el entrenamiento del pasado jueves por la tarde, Diego Rivas, portero del Lugo, empezó a encontrarse mal. Acabó con un fuerte dolor en el pecho y le había subido la fiebre. Lejos de mejorar, los síntomas se agravaron en casa, donde estaba solo. Sufría un agudo ataque de asma y empezó a costarle cada vez más respirar. Tanto, que alrededor de la una de la madrugada decidió ponerse al volante, camino del hospital. Allí estuvo hasta las ocho y media de la tarde del viernes. Dos días después, pasados ya los momentos de angustia, se vistió de corto y defendió la meta de su equipo en la victoria contra el Conquense.

«Me dijeron que se había juntado una infección respiratoria con una crisis asmática. Y cuando llegué al hospital, ya tenía justito el nivel de oxígeno en la sangre», rememora. Lo peor, la sensación de ahogo, de no poder llenar los pulmones con el preciado aire. Una situación que, pese a ser asmático, nunca había vivido. «Nunca me había pasado algo así», admite.

En urgencias le dieron el tratamiento adecuado, «una nebulización», equivalente a «unas veinte tomas» de su inhalador habitual. Además, le pusieron oxígeno, le inyectaron suero, antibióticos, broncodilatadores...

Un día en camilla

Pasó la noche y el día en una camilla, en la que recibió la visita del doctor del Lugo, Luis Coira; de sus familiares, ya recuperados del susto, y sus compañeros, que le reprocharon cariñosamente no haberlos avisado al momento. «Ni lo piensas. No quieres molestar a nadie. Luego le das vueltas, y si fuera al revés, yo también se lo diría», dice, agradecido, después de que todos en el club se volcaran con él.

Y claro, con él en precario, y con el otro portero de la plantilla, Escalona, recuperándose de una lesión, se produjo el dilema: ¿Quién jugaría el domingo? «La decisión no se tomó hasta última hora -reconoce Diego-. El día de partido hicimos un chequeo por la mañana, y estimamos si habría algún riesgo de que se volvieran a cerrar los bronquios. Y los doctores abrieron la mano para que jugase». Le está muy agradecido a quien le atendió en urgencias, Fernando Peña.

Por supuesto, hubo que adecuar todo el tratamiento a la normativa antidopaje.

diego rivas portero del lugo