Europeo aciago para Gómez Noya

paulo alonso / xabi otero PONTEVEDRA / LA VOZ

DEPORTES

El español se hundió por problemas estomacales y ganó Brownlee

26 jun 2011 . Actualizado a las 11:34 h.

Juntos en la recta de meta, como otras veces escribieron páginas grandes de la historia del triatlón, Javier Gómez Noya e Iván Raña completaron con toda dignidad los últimos metros del Europeo de Pontevedra. El ferrolano dejó al ordense pasar delante, uno el trigésimo noveno, otro cuadragésimo, en una tarde en la que los termómetros marcaron más de 30 grados. Y el público supo agradecer en pie el esfuerzo que realizaron para terminar lejos de los puestos de gloria. Cinco minutos antes, había llegado triunfante el triatleta del momento, Alistair Brownlee, seguido ocho segundos después por su hermano Jonathan. Completó el podio el ruso Dmitry Polyansky, y el cuarto puesto premia la progresión del español Mario Mola.

El Europeo se jugó con todo tipo de artes. También las más sucias. Nadador excelente, Gómez Noya sufrió en el agua distintas tropelías por parte del británico Harry Wiltshire, y llegó a mover los brazos para decir ya está bien. Por eso salió algo retrasado tras los 1.500 metros en el río Lérez, por culpa de unas irregularidades que le descentraron y habrá que penalizar, aunque no terminaron siendo decisivas.

En el sector de ciclismo, pese a algún susto inicial y ciertos amagos de aventura, terminó reagrupándose el gran grupo de favoritos. Ahí iban Gómez Noya y Raña. El Europeo volvía a empezar. A falta de unos kilómetros para completar los 40 sobre la bici, Polyansky buscó un par de aliados para retomar las hostilidades.

El diez mil final a pie, en cuatro vueltas, fue abriendo distancias. Al primer paso por meta, el ruso llevaba tres segundos a los Brownlee. El calor abrasaba. Mola y Gómez Noya apretaban los dientes, a 22 del líder. Hasta que un problema estomacal frenó casi en seco al ferrolano. Entonces llegó Raña y lo animó a terminar, para acabar la prueba de la ciudad donde vive, para agradecer la creciente afición al triatlón gallega. Al paso por la segunda vuelta, eran trigésimo cuarto y trigésimo quinto. Daba igual. Ya avanzaban por profesionalidad, descartando una fácil retirada. Por delante, Alistair Brownlee reeditó su título por delante de su hermano. Luego llegaron los nuestros, derrotados, con la cabeza alta.

«El resultado no cambiaría porque tuve problemas estomácales, pero quedé cortado del primer grupo por esa razón»

«Harry Wiltshire se dedicó a agarrarme del pie, a tirarme para atrás, y a meterme más dentro del río»

campeón del Mundo

«Espero que los jueces tomen medidas porque hay cámaras, y se vio lo que ocurrió. Incluso me cerró contra las vallas al salir a correr»

«Estaba muy mal, pero con esta afición habría acabado la prueba aunque fuera de rodillas»

Triatleta español