Tarjeta roja a la Guardia Civil

p. p. vázquez VILAGARCÍA / LA VOZ

DEPORTES

El árbitro expulsa al delegado del Cambados, disfrazado de agente

08 mar 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

Amparado en la seriedad de un deporte como el fútbol, quién sabe si en una decisión reforzada por algún recuerdo o impulso subconsciente ante el disfraz en cuestión, el colegiado del derbi de la Preferente Sur entre el Céltiga y el Juventud Cambados, el vigués Vázquez Martínez, mandó el pasado domingo a la grada de A Illa de Arousa al delegado del conjunto visitante. El motivo, su negativa a quitarse la chaqueta de la Guardia Civil que este último se embutió a modo de broma, acompañada de su gorra a juego y unas gafas de sol sobre pantalón vaquero con las que pretendía sentarse en el banquillo foráneo a ejercer su función. Se ve que en un terreno de juego no puede haber más autoridad que una. Y esta viste de negro, no de verde oliva. Aunque sea de pega y de medio cuerpo en pleno fervor carnavalero.

Cuatro temporadas lleva Ramón Fontán como delegado del Cambados, y en esta época del año siempre hermanó su pasión por el carnaval con su labor en el equipo. «Outros anos fun vestido de bombeiro, de cura ou de bispo, e os árbitros nunca me dixeran nada», comentaba ayer, molesto con el colegiado del derbi arousano.

Más allá de la decisión, Ramón se confiesa enfadado por la forma de actuar del colegiado y, sobre todo, porque «na acta pon que me expulsou por non cumprir a función de delegado», algo que niega. «O equipo chegou á Illa ao mesmo tempo có árbitro e os seus auxiliares, unha hora antes do partido. Ao pouco fun ao seu vestiario a entregarlle as fichas. Mesmo lles fixen o chiste de que non facía falla a forza pública porque xa estaba eu alí, e ríronse». Pero «xusto cando estabamos para saír ao campo, cos xogadores xa no céspede, o árbitro dime que non me podo sentar así no banquiño, que ?esto no es un carnaval, es un partido de fútbol?. Pensei que estaba de cachondeo, e subín. Pero mandoulle dicir ao delegado local que así non podía estar. Se non quería que fose así vestido, que me avisara cando lle levei as fichas», dice.

Fiel a sus principios lúdico-deportivos, Ramón optó por irse entonces a la grada justo antes de comenzar el encuentro, para descubrir en el descanso por el delegado rival y el capitán de su propio equipo que el árbitro le comunicaba que estaba expulsado «cando a min non me sacara tarxeta. Cando rematou o partido pregunteille ao árbitro se estaba expulsado, e non me contestou», afirma Ramón, que le espetó al trencilla que «podía estar orgulloso, porque era a primeira vez que me expulsaban nos meus anos de delegado».

Su primera derrota con disfraz

El cambadés asegura no entender nada. «Non vexo ningún regulamento que diga como teño que ir vestido. Eu estaba identificado. Se estivera tapado con algo, pero ía coa cara descuberta».

Con su bien reconocido humor gallego, Ramón lanza un «espero que non perderamos pola miña culpa (2-0). É o primeiro ano que vou disfrazado e perde o equipo», apunta. Quizás por ello tiene muy claro que «o ano que vén vólvome disfrazar».