Siempre exigencia máxima

Juan J. Fernández

DEPORTES

14 ene 2011 . Actualizado a las 02:00 h.

Tomando como referencia el proyecto olímpico que marca la planificación en el deporte del balonmano, nos encontramos en el meridiano evaluatorio de la trayectoria deportiva de la selección española en su progresión hacia Londres 2012. Tanto el seleccionador, Valero Rivera, como su gran valedor, el presidente de la federación, Juan de Dios Román, comenzaron su ciclo de la peor forma posible. Batacazo en el Mundial de Croacia 2009, donde una deshonrosa decimotercera plaza puso un borrón impensable en un equipo que meses antes había alcanzado un bronce olímpico.

Durante el Campeonato de Europa de Austria 2010 todavía perduraba la resaca de tal decepción. No obstante, el tiempo, que todo lo cura, nos demostró una vez más que acudir a un campeonato de este nivel requiere un trabajo planificado en el tiempo. Se recuperó parte del prestigio perdido con el sexto puesto final, a pesar de no poder contar con uno de los dos mejores porteros mundiales, Sterbik, lesionado en el calentamiento del primer partido y que, sin duda, hubiera hecho subir nuestras posibilidades de éxito.

Ahora no caben excusas. Debemos recuperar el prestigio. La calidad, valentía y confianza de nuestros jugadores debe apoyarse siempre en la cohesión y la fortaleza que dan el trabajo con método y las directrices de una dirección técnica moderna, ágil y basada en el conocimiento de nuestras posibilidades. Nadie, salvo el arriesgado Iker Romero, muestra sus aspiraciones reales. Tenemos historia, plantilla, cuerpo técnico y potencial balonmanístico como país para marcarnos siempre nuestro límite mínimo en semifinales. Los miedos escénicos son propios de otros deportes donde la pelota es más caprichosa.

Los torneos de preparación dejan dudas y juego muy irregular, a pesar de que los rivales eran de medio pelo. La defensa 6-0 necesita contundencia y solidez en el bloque central mientras que las defensas con avanzado fueron el revulsivo. En ataque despejaremos nuestras dudas, en relación al lanzamiento exterior y al eterno problema del lateral derecho, cuando nos enfrentemos a rivales de entidad.

En resumen, si seguimos progresando, estaremos en semifinales.