¿Raúl López, el tapado del Obradoiro?

Manuel García Reigosa
M. G. Reigosa SANTIAGO/LA VOZ.

SANTIAGO

La nueva directiva apuesta por la conversión en sociedad anónima sin desvelar quiénes serían los inversores

02 jun 2010 . Actualizado a las 17:11 h.

El de Raúl López es el nombre que suena con más insistencia como hombre fuerte del Obradoiro para la temporada próxima, ya sea asumiendo la presidencia o bien llevando los hilos desde un discreto segundo plano.

No sería un cargo nuevo para él. En el año 2003, a la par que el conjunto santiagués recibió la sentencia favorable del Tribunal Supremo, el empresario lucense desembarcó en el club y se puso al frente de una junta directiva en la que también figuraban José Ángel Docobo, Pepe Martínez, Santiago Amor, Pedro Laíño y José Manuel Couceiro.

Trayectoria en Santiago

Llegó tras su primera etapa en el Breogán y dejó la presidencia compostelana para volver a hacerse cargo del colectivo de Lugo, en el 2006. Pero siguió vinculado a la directiva como vocal hasta anteayer (al menos así figuraba en la página web del club), cuando tomó posesión el grupo encabezado por Ricardo Docobo. Y participó en las votaciones del pasado miércoles.

La próxima semana expira su mandato en el Breo. No aclara si está dispuesto a continuar y tampoco quiere anticipar cuáles serán sus movimientos. Pero una de la posibilidades es que haga el camino de vuelta a Santiago. Desde el punto de vista empresarial, Compostela se va a convertir en un enclave más que apetitoso para Raúl López, tras su desembarco en Trapsa. Esta firma tiene la concesión del transporte público en la capital gallega. También dispone de una participación mayoritaria en la sociedad mixta que dirige el Multiusos de Sar, además de controlar la gestión del Tanatorio de Boisaca y del recinto de exposiciones de Amio.

Ricardo Docobo no ocultó en ningún momento que si la candidatura que encabezaba ganaba las elecciones, como finalmente ha sido el caso, la suya se convertiría en una junta directiva de tránsito. Y en esa junta figura José Manuel Rivera Otero, un hombre de la máxima confianza del empresario lucense.

El plan de ruta prevé dar los pasos necesarios para que el club se convierta en sociedad anónima, bien si completa el actual proceso (con un capital de 2,8 millones) o bien con una cantidad menor, alrededor de 300.000 euros, previa autorización de la asamblea.