El filial del Athletic se lleva el triunfo con la ley del mínimo esfuerzo

C. R.

SANTIAGO CIUDAD

26 abr 2010 . Actualizado a las 12:05 h.

El Compostela volvió a perder en San Lázaro. El Athletic Club de Bilbao B derrotó (0-2) a un equipo que juega sin ilusión, a un Compos lleno de sufrimiento y de pena.

La primera parte fue muy aburrida. El Compos compitió sin tensión, sin ganas. El Athletic Club, que se jugaba más de media vida en San Lázaro, se mostró débil, sin recursos y con escasa convicción. El Compos apenas inquietó y el Athletic B se limitó a jugar a la contra, pero sin velocidad y sin riesgos.

Sin merecerlo, el filial rojiblanco se adelantó en el marcador, en la única ocasión en la que inquietó al meta Alberto en toda la primera parte. Los cachorros se pusieron con ventaja con la ley del mínimo esfuerzo. Supieron aprovechar la incapacidad física de los blanquiazules. Supieron sacar ventaja de la crisis de juego y de ideas que tiene el once santiagués desde hace meses.

Ganar en San Lázaro es fácil, relativamente cómodo para cualquier visitante. Y eso lo sabía de antemano el Athletic. Los vascos conocían perfectamente las carencias de un rival roto, hundido y sin personalidad. Los bilbaínos fueron conscientes en todo momento de que enfrente estaban once futbolistas mermados físicamente, sin criterio y sin motivación. Once deportistas sin ganas de jugar y con la única idea en su cabeza de acabar cuanto antes esta maldita y desafortunada temporada.

El primer acto fue tan desastroso como la gran mayoría de los espectáculos que a lo largo de este curso protagonizó la escuadra santiaguesa ante su parroquia. Por eso, y aunque el Athletic renunció por completo al ataque, los de Fabiano fueron incapes de provocar el más mínimo problema en el área visitante.

Todavía peor

El segundo tiempo fue todavía peor. El Athletic B se encerró atrás, jugó con miedo. Es un equipo muy joven y la presión le afectó a sus jugadores. Los cachorros intentaron controlar el balón y marcar los tiempos del partido, pero fueron incapaces de manejar la situación. Suerte para ellos que el Compos no sabe jugar al fútbol. El Compos es cualquier cosa menos un equipo de fútbol.

Entonces, el Compos se quedó con diez (fue expulsado Gonzalo) y el Athletic jugó más tranquilo. En otra acción aislada, en el saque de una falta, los bilbaínos sentenciaron el partido y celebraron por todo lo alto tres puntos que le permitirán seguir una temporada más en Segunda B.

Por contra, los compostelanistas ya ni siquiera lloran sus desgracias. No sienten ni padecen.