Aunque mejoró la imagen del equipo, y a pesar de la actitud positiva de los jugadores, las carencias defensivas del Obradoiro provocaron que las ventajas al final del primer cuarto alcanzasen los diez puntos. Gracias al acierto en los triples, el Alicante mantuvo la renta al descanso, a pesar de la buena influencia en el juego de Stanic y Terry.
El Obradoiro empezó con dudas el tercer cuarto. El Alicante convirtió a Erdogan en una pieza básica para aumentar sus diferencias y contó con un Andriuskevicius que fue un muro insalvable. En el rebote fue el mejor.
Al último cuarto llegó el equipo santiagués con una clara desventaja, con un Alicante muy metido en el partido y con un gran acierto en el tiro exterior. Por eso, el último cuarto no tuvo historia. El Alicante mantuvo su intensidad defensiva y el Obra se quedó impotente de cara al aro rival.
Fue un gran partido del Alicante, que certificó su permanencia en la ACB. Para acabar, quiero destacar el ejemplar comportamiento de la afición. Ahora, el Obra a rezar.