Dos goles en dos minutos acabaron con un Compos blando y sin pegada

SANTIAGO

01 mar 2010 . Actualizado a las 21:18 h.

En los años noventa el Compos llegó a ser subcampeón de invierno en la Liga y al Alavés se le escapó la Copa de la UEFA en una final épica frente al Liverpool. Poco queda de aquel pasado. Unos tienen pie y medio en Tercera. Los otros miran hacia arriba, aunque sin mostrar mucho poderío.

Quizás porque los dos contendientes necesitan sumar de tres en tres, el escaso público que acudió a San Lázaro disfrutó de un duelo entretenido, toda vez que unos y otros buscaron el gol y dejaron bastantes metros para los pensadores.

Fabiano puso de salida a casi todo el arsenal ofensivo disponible. Claudio, infatiable, aportó el equilibrio en la contención por delante de la línea de cobertura. Junto a él se ubicó Gonzalo, clarividente en la distribución y despreocupado de otras obligaciones. Más arriba se repartieron los espacios Petter Rocha, Sestelo, Iván y Rubén Márquez.

En el período inicial, Compos y Alavés alternaron el dominio y las ocasiones. La más clara para el colectivo de Fabiano llegó a los catorce minutos, en una de las mejores combinaciones de la temporada. Sestelo hizo una pared con Iván y, viendo adelantado a Montero, dibujó una vaselina, con rosca, que se fue al palo. Poco antes, el visitante Castells había estrellado el balón en el larguero, al cabecear una falta lateral. Y poco después Alberto le ganó un mano a mano a Geni.

Tanto el Compos como el Alavés tocaban, combinaban y se acercaban al área, pero no terminaban de ponerle el cascabel al gato dentro de la red.

Tras el descanso, los visitantes parecieron salir con más brío. En apenas un par de minutos trenzaron dos llegadas con peligro por la banda de un Faneca un tanto descolocado y lento.

Respondió el Compos con más corazón que cabeza y, en el saque de una falta lateral, pidió penalti por manos de Castells. No se lo concedieron, la jugada siguió y el balón acabó en la red rematado por Faneca, pero el auxiliar ya tenía levantada la bandera al entender que el balón había salido por línea de fondo antes del último pase.

Desconcierto fatal

Esa doble acción pudo marcar un punto de inflexión porque poco después, y en un par de minutos, el Alavés hizo sus dos goles. En ambos casos, a la contra, aprovechando el defectuoso repliegue blanquiazul. En el primer tanto, Dani Bouzas cazó un rechace, muy solo, al borde del área, en perpendicular a la portería. En el segundo, Igor remató en posición dudosa.

El Compos no bajó los brazos y acortó distancias a falta de un cuarto de hora, de penalti. Acabó recurriendo el fútbol directo y llegó a embotellar al conjunto vitoriano en su área en algunos momentos, pero el marcador ya no se movió.

La permanencia sigue alejándose, aunque todavía quedan opciones matemáticas, cada vez más escasas.