Los siete triunfos en las ocho jornadas finales del 2009 sirven para mantener vivo el sueño de regresar a Asobal. El equipo tiene cuatro puntos menos que en el año del último ascenso
27 dic 2009 . Actualizado a las 02:00 h.Los Reyes Magos no dejarán carbón al Teucro en la sede de García Camba. Los magos de oriente estaban guardando sitio en un camello a finales de octubre, pero los siete triunfos en las últimas ocho jornadas del 2009 les han hecho cambiar de parecer.
Ahora, tienen previsto venir cargados de una gran dosis de ilusión y esperanza para repartir entre aficionados, directiva y cuerpo técnico. La primera es necesaria para creer que el retorno a Asobal es posible pese a que los rivales son muchos y con más dinero y la segunda para confiar en que el 2010 ablande a los gestores de Hacienda porque solo así será posible reflotar económicamente un barco que no hace mucho tiempo parecía a la deriva.
Hay motivos suficientes para ver el futuro inmediato con ilusión porque el Teucro ha dado la cara ante los claros favoritos a pelear por el campeonato, como Anaitasuna o Puerto Sagunto. Además, está dirigido por Modesto Augusto, un gran técnico dentro de las pistas que posee además mano izquierda para manejar las situaciones delicadas de puertas para adentro.
Y por si esto fuera poco el vestuario es una piña y ha despedido el 2009 con la moral por las nubes después de un impresionante esprint que le ha permitido instalarse en la tercera plaza de la clasificación a solo dos puntos del líder.
Igual que el año del fiasco
Los registros que ha logrado el Teucro en los meses iniciales de la competición también tienen un contrapunto que puede venir muy bien para tener los pies en el suelo y no bajar la guardia en ningún momento.
De hecho, el plantel de la temporada 2005-2006, que no fue capaz de rescatar al club del infierno de la División de Honor B, también tenía una idílica situación al final de la primera vuelta. El equipo creado por Milucho Pintos, que en la sexta jornada pasó a ser capitaneado por Pero Milosevic, despidió igualmente el año a dos puntos del entonces líder, que curiosamente también era el Pozoblanco, quien tenía los mismos 23 puntos de ahora. El Antequera hacía lo mismo que hoy el Puerto Sagunto, es decir estaba segundo con 22, y el Ciudad de Logroño podría equipararse al actual Anaitasuna porque también figuraba tercero empatado a 21 puntos con el Teucro.
Pero no queda ahí este paradójico paralelismo porque el quinto clasificado, el Villa de Aranda, sumaba los mismos 20 puntos del Guadalajara de ahora y el sexto clasificado, el Barakaldo, contaba con 19 al igual que el Palma del Río de esta temporada.
Y lo cierto es que toda la ilusión suscitada entre la fiel hinchada azul se desmoronó en unos nefastos enero y febrero que echaron por tierra todo el buen trabajo anterior. El Teucro fue incapaz de levantar cabeza y concluyó la liga en octava posición, a trece puntos del ascenso, que materializaron el Antequera y el Ciudad de Logroño.
A la temporada siguiente, el equipo que conquistó el billete de regreso a Asobal era primero con 25 puntos, cuatro más que ahora, y compartía esa privilegiada posición con el Pilotes Posada. El Pozoblanco, eterno aspirante a colarse en la mejor liga de balonmano del mundo, se presentaba con sus 22 puntos como el único conjunto capaz de dar guerra a los dos cuadros gallegos y así fue.
Al final, el Teucro se proclamó campeón y los jugadores vigueses tuvieron que conformarse con el sabroso caramelo de acompañar a Asobal a su eterno rival.
Hay que destacar que el Cisne y el Teucro se enfrentaron ayer en el Memorial M. Luaces. El Pirsa se impuso por 40-34 a un equipo de Modesto Augusto que se vino abajo con los cambios cuando el marcador reflejaba un 11-12. Al descanso se llegó con 19-14. Ambos conjuntos tenían bajas muy importantes.