El Barça no solo juega al fútbol

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«Somos un país con lengua propia», dice Guardiola en Kiev, mientras Laporta se disculpa, pero poco, por hablar de «rivalidad metropolitana» antes del derbi.

11 dic 2009 . Actualizado a las 00:39 h.

Aunque el Barça sólo debería ser noticia por su extraordinario rendimiento deportivo, en los últimos tiempos ha entrado en una espiral política a la que se sumó sorprendentemente Pep Guardiola en Kiev. El entrenador azulgrana, que ha llegado a hablar en italiano, inglés, catalán y castellano en alguna conferencia de prensa (por ejemplo antes del choque ante el Inter), sólo empleó el catalán al término del Dinamo-Barça porque iba a ser traducido de todas formas al ucraniano por el intérprete. Los periodistas locales preguntaron el motivo a Guardiola y llegó la respuesta, polémica para algunos, natural para otros.

«El catalán es nuestra lengua. Somos un país con una lengua propia. Y cuando salimos, los que la usamos, la hablamos», dijo Pep. Y los periodistas de Kiev le aplaudieron con ganas y admiración porque encontraron en su postura una forma de reivindicar la lengua ucraniana, en permanente conflicto histórico y político con el ruso. Cuesta creer que Guardiola, que lo tiene todo muy controlado y estudiado, desconociera la disputa lingüística de Ucrania. Quiso ser popular. Pero de paso mostró sus ideas, algo que en otras ocasiones parecía querer evitar para no entrar en polémicas ajenas al fútbol.

El problema para Guardiola es que sus palabras se encadenarán a las de Joan Laporta, que cada día habla de lo mismo, apostando ya de forma decidida por un futuro en la política ahora que le quedan sólo unos meses como presidente del Barça. Este jueves, en un acto de apoyo a las consultas soberanistas que se celebrarán el 13 de diciembre en más de 160 poblaciones de Catalunya, Laporta aseguró que «el Barça, históricamente, siempre se ha vinculado a las iniciativas que han contribuido a la defensa de los derechos y libertades nacionales». «Y yo, a título individual, lo que hago es defender las ideas en las que creo. Creo que Catalunya es una nación, estoy convencido, y eso es un dato objetivo. Por ello, si queremos normalizar nuestra situación como nación tenemos que conseguir un Estado propio», comentó.

Todo ello antes del derbi ante el Espanyol, un partido que se presenta muy desigual por el mal momento del equipo blanquiazul. A falta de alicientes deportivos, Laporta ya se encargó hace unos días de calentar el ambiente echando mano de un chiste que circulaba por los círculos culés de la ciudad hace tiempo en referencia a la ubicación del nuevo estadio del Espanyol, en Cornellà, a las afueras de Barcelona. «Yo más que derbi de la ciudad, hablaría de rivalidad metropolitana», dijo en TV3. Al día siguiente, Daniel Sánchez Llibre, presidente del club blanquiazul, le respondió con otro estilo, sin ironías: «Me importa un pepino lo que diga este señor».

Laporta se disculpó este jueves, pero poco: «Si alguien se ofendió, pido disculpas. Lo dije sin mala intención y porque creo que es correcto, pero no me gusta herir sensibilidades de nadie.

Será un derbi catalán e histórico». Y como suele suceder, las disculpas se aceptaron, pero lo justo. El consejero delegado del Espanyol, Joan Collet, manifestó: «Si había mala intención en sus declaraciones, sí que me sentí ofendido, pero se tiene que respetar por mi parte y por toda la familia blanquiazul que haya matizado sus palabras. Hemos nacido y crecido en Barcelona y quien quiera darle importancia o quiera hacer daño, tiene muy mala leche».