Un gallego contra la galaxia

Xosé Ferreiro / Pablo Gómez

DEPORTES

Diego Bermúdez, lateral izquierdo de As Pontes que milita en el Alcorcón, se enfrentará en la próxima ronda de la Copa del Rey al Real Madrid de las estrellas

26 oct 2009 . Actualizado a las 19:01 h.

El multimillonario Real Madrid se enfrentará mañana a las diez de la noche en el campo de Santo Domingo al Alcorcón (sexto clasificado en el grupo segundo de Segunda División B), que dará cuerpo a sus fantasmas coperos ante equipos pequeños. Los dieciseisavos de la Copa del Rey, tendrán, además un protagonista gallego: Diego Andrés Bermúdez Penabad (As Pontes, 1982). Actúa de lateral izquierdo en el equipo amarillo, el sexto en su trayectoria, tras Compostela, Arteixo, Móstoles, Osasuna B y Leganés, con el que el año pasado jugó la fase de ascenso a Segunda.

El hijo de José Antonio Bermúdez (jugador del Calvo Sotelo, Perlío y Racing de Ferrol en los años setenta) vive su mejor momento profesional, solo truncado por una inoportuna osteopatía de pubis que trata de recuperar con esmero para saltar al césped del Santiago Bernabéu el 10 de noviembre. «Ese partido es un premio a tantos años de trabajo y sufrimiento. La Segunda División B es una categoría complicada en la que los clubes tienen demasiados problemas económicos. Solo por jugar ese partido merece la pena haberse dedicado a esto y compensa todos los momentos malos sufridos», afirma rotundo el defensa gallego.

Bermúdez disfruta en estos momentos de un deporte en el que despuntó desde niño. No en vano, con el Endesa As Pontes fue campeón de Liga y Copa de Ferrol en categoría alevín en los años 1993 y 1994, en infantiles en 1995 y 1996 y campeón de la Liga de Ferrol cadete en 1998. De su misma generación son otros futbolistas gallegos notables como Xoel González (Betanzos), Miguel Vilaboy (Somozas), Iván Alonso y Rubén Rivas. «Si no fuese por el pubis, en estos momentos estaría estupendo», resume. «El Alcorcón hizo un equipo para disfrutar jugando este año, para meternos en el play off», añade optimista.

Con respecto al partido del siglo para su equipo, el defensa gallego lanza una seria advertencia al todopoderoso Real Madrid. «En el partido de ida, el de Alcorcón, no lo tendrá fácil. Es un campo pequeño, con pocos espacios y en el que el público aprieta bastante», argumenta. También reconoce que la cosa cambiará para el choque de vuelta en el Santiago Bernabéu. «Se trata de un terreno de juego bastante grande, y con las individualidades que tiene el Madrid, será un poco más complicado para nosotros», dice el de As Pontes.

En el terreno de los sentimientos, el emparejamiento contra el Real Madrid no le tocará la fibra sensible a Bermúdez. «Yo es que simpatizo más por otros equipos, como el Deportivo. Con respecto a su fútbol, me gusta más la manera de jugar que tiene el Barcelona», explica el zaguero coruñés.

Sergio Ramos

Por la posición en la que juega, Diego Bermúdez tendrá que vérselas con el potencial atacante del equipo merengue. Con todo, hace un par de salvedades tácticas. «Pellegrini no juega con un interior derecho puro, de manera que quizás no haya un único jugador madridista actuando por mi zona del campo, y con la anarquía con la que juegan, me puede tocar cualquiera enfrente», dice. «Esto me puede permitir alguna libertad en ataque y, en realidad, con quien casi seguro que tendré que enfrentarme es con Sergio Ramos, así que a ver si le puedo hacer algo de daño», se propone el lateral zurdo del Alcorcón.

Es ahora cuando Bermúdez echa la vista atrás y reflexiona sobre su etapa en Galicia. «Ahora soy más conocido en Madrid que en mi tierra, y eso me da rabia. Pero la verdad es que tuve que irme de Galicia, porque la última etapa en el Arteixo estuvo demasiado marcada por los problemas económicos», recuerda. «Claro que me gustaría volver, pero tendría que aparecer un equipo de los interesantes y que, además, pagase», matiza.

Tampoco se cierra a la posibilidad de jugar en el extranjero. «Siempre tuve en mente la idea de irme de España, porque es como si empezase de cero y me gustaría probar la experiencia. De todos modos, es complicado moverse, porque se necesita un agente que controle ese mercado», concluye.