El Ciudad de Santiago, un equipo fantasma

M.?G. Reigosa

DEPORTES

El club verdiblanco espera armar en un día el equipo con el que afrontará la campaña en Tercera

28 ago 2009 . Actualizado a las 02:32 h.

«Mañana [por hoy] hablamos». Así atajó Javier Villalba (elegido presidente y consejero delegado del Ciudad de Santiago en la última asamblea del club) cuando descolgó el teléfono, sin casi dejar margen para que se le plantease cuestión alguna. ¿Pero hay equipo para entrenar mañana [por hoy]? Es la única interrogante que se le pudo trasladar. «Sin duda, pero mañana hablamos», concluyó.

El domingo comienza la Liga en Tercera y el Ciudad de Santiago, a tres días vista, todavía no tenía plantilla ni cuadro técnico. Ayer no había trascendido el nombre de ningún jugador. Hasta las 14 horas aún dispone de margen para diligenciar las fichas en la Federación Galega de Fútbol y abonar la mutualidad de cada uno de los jugadores. De lo contrario, no podrá comparecer frente al filial del Deportivo en la primera jornada.

El club espera cumplir con todos estos trámites durante la mañana. De hecho, a última hora de ayer el propio Villalba se personó en la federación para avanzar ya la presentación del papeleo. En algún caso, todavía tendrá que aportar documentación adjunta, por lo que, si no hay contratiempos, hoy debería quedar todo resuelto, al límite del plazo. De ser así el equipo empezará la Liga con solo un par de entrenamientos de grupo.

Villalba irrumpió en la capital gallega en el mes de julio para intentar evitar el descenso administrativo del Ciudad de Santiago, por impagos a los futbolistas. Llegó a un acuerdo con los accionistas mayoritarios a fin de hacerse cargo de la gestión de la entidad. Pero no consiguió evitar la pérdida de la categoría. El 31 de julio logró una moratoria de la AFE hasta el 3 de agosto. Pero no pudo poner sobre la mesa los alrededor de 100.000 euros que hubiesen permitido que el Ciudad de Santiago siguiese en Segunda B. No se desanimó. Ahora puede conseguir algo de lo que no se conocen precedentes: armar un equipo en cuestión de horas para afrontar toda una temporada.