Guardiola se prendó de un clon de Piqué vetado en Champions

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El central ucraniano, fichado por 25 millones, tiene técnica y buen pase largo

28 ago 2009 . Actualizado a las 02:31 h.

«Me motiva jugar en un estadio legendario, como el Camp Nou». La frase no estaba entre la galería de piropos que Dimitro Chygrynskiy (Iziaslav, Ucrania, 1986) dedicó ayer a su próximo club. Sus impresiones sobre el estadio del Barça las había dejado ya en diciembre pasado cuando jugó con el Shakhtar un partido de Champions clave para su futuro como culé.

Guardiola ya había visto al central en el partido de ida, en el que los catalanes vencieron 1-2, y en el de vuelta se quedó definitivamente prendado de un jugador cuyas condiciones remiten al último descubrimiento del tricampeón: Gerard Piqué. Pese al aspecto desaliñado que la UEFA llegó a comparar con el de «un estudiante rebelde de los años 70», Chygrynskiy es un jugador extremadamente competente, capitán de su equipo, y al que su entrenador, el rumano Lucescu, definió como «el mejor defensa de Europa».

Como Piqué, el ucraniano disfruta de una excelente coordinación pese a superar el metro noventa y destaca por una gran capacidad para la salida del balón. Un requisito indispensable para Guardiola, ávido de alternativas ante los habituales férreos marcajes a sus centrocampistas. El jugador del Shakhtar destaca por su golpeo, que le ha permitido incluso encargarse ocasionalmente de los lanzamientos de faltas y que emplea continuamente en los cambios de juego y pases en largo hacia los delanteros.

Su velocidad es quizá su punto débil. Es más lento, por ejemplo, que el serbio Nemanja Vidic, otro de los pretendidos por el Barça, al que sin embargo gana en técnica y juventud.

Notable juego aéreo

El técnico del Barça ha encontrado también una pieza que explotar en jugadas a balón parado, tanto en ataque como en defensa, compensando la escasa estatura de los Alves, Xavi, Iniesta o Messi. Chygrynskiy presume de un notable remate de cabeza.

Todas estas virtudes llevaron al entrenador culé a insistir en su fichaje pese a los muchos contratiempos que enfrentó la operación. No solo por los 25 millones de euros desembolsados por un futbolista que en dos meses cumplirá 23 años y cuya experiencia se limita a una liga menor como la ucraniana. Además, el central no podrá jugar en Champions tras haber disputado la eliminatoria previa con su equipo, cuando arrancaban las negociaciones con el Barça.

Sus dotes lo convirtieron en el ojito derecho de Lucescu, que lo hizo debutar con 17 años, pero su año de explosión llegó como cedido en el Metalurg Zaporizhia a las órdenes de Valeri Yaremchenko, uno de los técnicos más reputados de Ucrania, ahora al frente del equipo de canteranos del Shakhtar.

Curiosamente, se estrenó en Champions en el mismo partido que Messi, en diciembre del 2004, y en el 2006 debutó con su selección, con la que es titular habitual. Ese año entró en el mejor once joven de la UEFA, junto a Huntelaar, Toulalan, Mavuba o Aissati. Se reconoció la capacidad para organizar a Ucrania desde la defensa del chaval de medias caídas y pelo largo.