El Teucro merece alcanzar la permanencia por la profesionalidad, capacidad de trabajo, coraje y amor propio de unos jugadores que se están dejando la piel pese a llegar a estar hasta cinco meses sin cobrar. El brillante triunfo logrado ante el poderoso Cai, que sirvió para acallar las voces, tan críticas como injustas, fue una clara muestra de la implicación del plantel con el club.
Otro ejemplo digno de elogio es la actitud de los veteranos Rafa Dasilva y Dani Benaches, que llevan buena parte del campeonato jugando infiltrados, tomando medicación para aguantar el dolor de la tendinitis que padecen en el hombro del brazo con el que efectúan el lanzamiento.
Ese exceso de antiinflamatorios le pasó factura al capitán en la presente semana al provocarle una gastritis que lo tumbó en la cama durante días. Las náuseas y vómitos fueron constantes hasta la noche del miércoles. Y aunque parezca mentira, ayer se levantó para desplazarse a Pontevedra con la intención de consensuar con Pillo la posibilidad de viajar a Torrevieja.
Pillo quiso que decidiera él
El técnico dejó esa decisión en sus manos y Benaches optó por subirse al autobús sin haber entrenado ni un solo minuto durante los últimos siete días. Solo asistió a la sesión de vídeo.
«Pillo me preguntó si iba a ser capaz de viajar y le dije que sí. Entonces me comentó que tenía que ser yo el que decidiera. Preferí entrar en la convocatoria porque aún quedan casi 48 horas para el partido y creo que puedo recuperarme bastante», explica Benaches.
En una línea similar apunta que «quiero jugar algunos minutos para ayudar al equipo porque este encuentro es muy importante para nosotros. Hoy (por ayer) ya hice bastante con salir de casa, dar un paseo y desplazarme a Pontevedra. Espero poder entrenar un poco al llegar a Torrevieja».
La gestora está agradeciendo el enorme esfuerzo que están haciendo los jugadores y ayer pagaron «una parte pequeña» de la nómina de noviembre cumpliendo con su palabra.