La ruinosa pista de atletismo de Marín pone en serio peligro a sus usuarios

Xabi Otero

DEPORTES

02 abr 2009 . Actualizado a las 20:30 h.

El estado ruinoso de la pista municipal de atletismo de San Pedro, en Marín, pone en serio riesgo a los pocos valientes que todavía la utilizan. Los atletas de la villa que empezaron a entrenar ahí, como Jean Marie Okutu, gran promesa del salto de longitud nacional, o Javier Rosales, nieto del mítico Manuel Rosales que destaca en pértiga, tienen que coger la mochila para irse a Pontevedra.

Ambos trabajan con la Gimnástica de División de Honor en las instalaciones del Centro Galego de Tecnificación Deportiva. Pero otros deportistas en edad cadete o juvenil, que luchan por despuntar y hacerse un sitio entre los mejores atletas gallegos y nacionales de su categoría, también se ven obligados a recorrer los diez kilómetros que separan San Pedro de la ciudad del Lérez, con el trastorno que eso supone para los padres.

El deterioro empezó en 1996

Las instalaciones, de cuyo mantenimiento se encarga el Concello de Marín, empezaron a deteriorarse en 1996. Sin embargo, las obras de remodelación del campo de fútbol acometidas por la Diputación para dotar de hierba artificial al terreno de juego, terminaron por destrozarlas. Los camiones cargados con el material atravesaron una y otra vez las ocho calles y las grietas existentes dieron paso a grandes zonas de superficie levantada. La Xunta se había comprometido a hacer unas nuevas, pero las obras se retrasaron por problemas burocráticos y ahora alcalde y concejal de Deportes piden al nuevo Gobierno gallego que respete el acuerdo.

Mientras tanto, los inocentes niños de las escuelas deportivas siguen tentando a la suerte. Ellos son los que mantienen con vida al histórico Club Atletismo San Miguel. De hecho, los más de 100 usuarios diarios han pasado a ser solo 35. Pero muchos de estos jóvenes terminan por marcharse a la Gimnástica o al San Narciso, el otro club de Marín, que aunque cuenta con instalaciones propias también suele utilizar las del CGTD.

Dos olímpicos crecieron ahí

Los hermanos De la Torre triunfaron a nivel internacional entrenando en esa pista. Carlos, campeón de Europa de 10.000 metros en 1998, finalista en las olimpiadas de Barcelona y Atlanta y cuarto en el Mundial de medio maratón de Mallorca, repartía el trabajo entre esos 400 metros y el lago de Castiñeiras. Elisardo, que coincidió con su hermano en Atlanta, fue campeón de España de 3.000 obstáculos.