Jelena Dokic sale del «infierno» de su depresión con el tenis

DEPORTES

24 ene 2009 . Actualizado a las 02:07 h.

«He estado en el infierno y he vuelto. Es un milagro». Jelena Dokic, aquella niña prodigio de origen serbio, vuelve a disfrutar con el tenis después de romper con su padre violento, distanciarse de su madre y alejarse de su hermano menor. Ayer ganó a la danesa Anna Chakvetadze por 6-4, 6-7 y 6-3. Pasó a octavos del Open de Australia ( Eurosport y Canal+ Eventos ), aclamada en la pista central tras una etapa difícil: dos años sumida en una depresión y volver desde las profundidades del ránking. Mañana juega con la rusa Alisa Kleyvanova, que eliminó a Ana Ivanovic, finalista el año pasado.

Afincados en Australia desde 1995, los Dokic pelearon para que la pequeña Jelena triunfase. Viajaban en caravana para costear los viajes a sus primeros torneos. Y aquella cara bonita sorprendió pronto al mundo. Con 15 años ganó a la número uno, Martina Hingis, en Wimbledon, donde alcanzó las semifinales en el 2000. Entonces ya soportaba la carga de un padre follonero, incapaz de asumir un discreto papel. En el Open de Australia del 2001, Damir Dokic soltó que el cuadro femenino había sido amañado contra su hija, que perdió con Lindsay Davenport en la primera ronda. Al tipo, que llegó a amenazar con una bomba atómica sobre Sídney y el secuestro de Jelena, lo marginaron primero los torneos, que le prohibieron su acceso; y después su propia hija.

Fue el principio del declive de la jugadora australiana, aunque cinco títulos en año y pico la llevaron al cuarto puesto mundial en el 2002. Dokic cambió de aires en busca de un norte, pasó por Estados Unidos, por Serbia... Rompió con su familia, y se aferró a su pareja, Tin Bikic, como tabla de salvación. Sufrió dos años de profunda depresión.

Separada de sus padres, intenta recomponer su relación con su madre y su hermano. «Fue lo más difícil a lo que me enfrenté. Siento que los he perdido», lamenta. Dokic se arremangó para pasar previas, jugar torneos menores, escalar como una cualquiera. En mayo ya estaba en el puesto 427 de la clasificación mundial, con un trabajo duro por delante; en octubre era la 175. Se hizo un hueco en el cuadro principal de Australia y ahora es uno de los reclamos de la organización.

Dokic se reinventa con 25 años, la edad que tenía Justine Henin cuando se retiró, pero también con tiempo de sobra por delante para labrar una nueva carrera.

Ivanovic, en crisis

Número uno hace medio año, Ana Ivanovic dejó ayer el torneo huérfano de sus dos finalistas del 2008, ya que la campeona, Maria Sharapova, no jugó siquiera por lesión. La serbia perdió con la rusa Alisa Kleyvanova. Y, lo que es peor, confirma su penosa trayectoria de los últimos tiempos, casi desde que ganó en Roland Garros. No pasó nunca de semifinales. Y cayó en la tercera ronda de Wimbledon y en la segunda del US Open.