Una promesa bajo sospecha

DEPORTES

21 ene 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

Fabricio Agosto (Las Palmas, 1987) llegó al Deportivo en el verano del año 2005 en virtud de un convenio de colaboración entre el club coruñés y el Vecindario. Pronto se hizo con la titularidad en el Fabril, cuajando una excelente actuación, tras superar una grave lesión de tibia.

La progresión en categorías no profesionales fue tal que sus asesores llegaron a hablar de un posible interés del Arsenal londinense por ficharlo, operación que nunca llegó a concretarse. En la actualidad, la rúbrica de un vínculo profesional con el Deportivo está en compás de espera, debido a las diferencias económicas entre ambas partes.

En lo futbolístico, su oportunidad en el primer equipo llegó hace un año como consecuencia del castigo impuesto por Lotina a Munúa y Aouate por protagonizar una pelea en el vestuario. Antes, Caparrós lo había tenido a su abrigo convocándole para la concentración de pretemporada realizada en Isla Canela.

De carácter introvertido, sus actuaciones estuvieron salpicadas de inseguridad y arrojaron un balance de cuatro derrotas en seis encuentros de Liga. El equipo vivía una dramática situación clasificatoria y, según Lotina, la plantilla solicitó al técnico el regreso de un guardameta profesional para salir del pozo. El elegido fue Dudu Aouate. Con el paso del tiempo, todas las partes coinciden en que Fabricio fue víctima de la crisis de los porteros y quizás haya pagado la excesiva presión a la que se vio sometido.

Esta temporada, Fabricio ha disputado la Copa del Rey, cometiendo errores graves en la eliminatoria contra el Sevilla, reconocidos por el técnico públicamente.

Su compañero Dani Aranzubia lo analiza de una forma positiva: «Lo veo bien. Cuando no juegas habitualmente se hace difícil, pero creo que está preparado. Es bastante completo. No es un diez en nada, pero sí ofrece un alto rendimiento en todos los aspectos. Es muy rápido, ágil, tiene reflejos, es físicamente muy potente. Esto hace que saque balones complicados».

«El puesto de portero es complicado e influye el estado anímico. Y nuestros errores tienen más repercusión, porque nadie los enmienda. Debemos convivir con ello. A todos nos ha pasado lo que le ha sucedido a él. Cuando cometemos fallos, no se nos pasa por alto», explica. «Lo que tiene que hacer es jugar partidos, es lo que te hace mejorar», concluye. «Aunque cuando eres joven, nunca ves el momento de jugar», añade.

Ahora, las opciones de Lotina se reducen a los dos porteros mencionados, ya que el meta habitual del filial, Manu, no tiene la posibilidad federativa de jugar con el primer equipo y además está lesionado; y sus suplentes, según Lotina, no disponen de los minutos necesarios para actuar el domingo.