«Con lo que nos debe el Negreira pagamos tres mensualidades de hipoteca»

DEPORTES

Un día después de esposarse en la portería del García Calvo, la mujer de Cotrofe, Inma Cortiñas, revive lo sucedido y explica los motivos que la llevaron a actuar así

20 ene 2009 . Actualizado a las 10:49 h.

Madre de dos hijos de año y medio y dos años y medio, Inma Cortiñas salió del anonimato el pasado domingo al convertirse en la protagonista del encuentro de Tercera División que disputaron el Negreira y el Compostela. Sucedió en el momento en el que saltó al campo y se esposó en una de las porterías del García Calvo pidiendo ser recibida por el presidente del Negreira, Manuel Liñares. El motivo, una supuesta deuda de 1.500 euros con su marido, el ex jugador del club David Cotrofe, actualmente en el Santa Comba.

Fue una acción que realizó por su cuenta y sin calcular las consecuencias que le podría acarrear: una sanción de entre 3.000 y 9.000 euros. Pese a ello, cree que logró un objetivo: «Denunciar la realidad que atraviesa el fútbol en Segunda División B y Tercera. El caso de Cotrofe no es aislado; es un ejemplo de la situación de muchos jugadores. Lejos de los millones que se manejan en el fútbol profesional, sobreviven otros jugadores con un sueldo mensual que muchas veces no cobran. Es hora de que se sepa», explica.

Por eso acudió al campo, sola y sin saber muy bien lo que iba a hacer. «Ni sabía que era un derbi, ni pretendía paralizar el encuentro. De hecho me esposé en el descanso, pero no se dieron cuenta hasta que empezó el partido», relata.

«Mira gilipollas...»

La decisión fue motivada por la falta de respuesta mostrada por el presidente del club ante sus demandas anteriores. «Había hablado con él por teléfono un par de veces. Se había comprometido a saldar la deuda, pero no lo hizo. En diciembre mantuvimos la última conversación telefónica que finalizó diciéndome: ''Mira gilipollas, vete a tomar por el culo, porque yo no te voy a pagar. Denuncia lo que quieras a ver si consigues algo''», relata la esposa de Cotrofe.

Para Inma, estas palabras, «además de ser una falta de respeto», suponen «una burla», porque «es consciente de que no se puede ir al juzgado».

Cotrofe, al igual que muchos jugadores de Tercera División, no tiene contrato firmado y los acuerdos son de palabra. «Antes de actuar como lo hice, consultamos a la AFE. Mi marido está asociado. Pero nos dijeron que no había manera de hacer nada, porque no había contrato por medio. Es lo que salva a muchos presidentes de estas categorías, que al no firmar nada, luego pagan si quieren», explica.

Aunque admite que su situación, a diferencia de la de otros compañeros de profesión, no es dramática, la mujer de Cotrofe asegura que reclama «lo que mi marido ha trabajado y que nos corresponde».

«Con lo que nos debe el Negreira -prosigue- pagamos tres meses de hipoteca. No somos una familia adinerada. Vivimos de su sueldo y el mío, que no es muy grande pues solo trabajo media jornada. Tenemos una hipoteca de un piso que compramos cuando vivíamos en Lanzarote y el alquiler de nuestra vivienda actual. Dos hijos, luz, agua... ¿Por qué tenemos que renunciar a algo que es nuestro?», se pregunta.

Porque ella se niega a aceptar algo que «en el mundo del fútbol muchos asumen como normal». Lo explica: «Incluso mi marido se resigna a que son cosas que pasan. Pero yo me resisto. Él ha gastado gasolina, coche, tiempo... Es hora de que empecemos a decir que el fútbol no puede vivir ajeno a la sociedad. Si pactan cantidades a pagar, que lo hagan», subraya una mujer a la que lo que más ha indignado ha sido escuchar al presidente decirle: «No te voy a dar ese dinero para que des de comer a tus hijos a costa del Negreira».