Historia de un gol con moviola

Rubén Ventureira

DEPORTES

Agulló anotó frente al Recre uno de los tantos más recordados de la historia del Dépor. Batió al portero dos veces seguidas, pero solo la segunda subió al marcador

21 dic 2008 . Actualizado a las 19:39 h.

Contadas veces ha vibrado más Riazor que con el gol de Jaime Agulló al Recreativo de Huelva en 1986. Botó hasta la cabra de General, aquella que la peña Barrio Sésamo paseaba por la vieja curva mágica. Aquel tanto no dio un título, como el de Donato. No valió un ascenso, como el de Stoja. Ni siquiera libró de un descenso, como el de Vicente. Sin embargo, el gol de Agulló permanece en el mismo rincón de la memoria que esas dianas históricas. «Es cierto, me lo recuerdan muy a menudo», asegura el que fue mediocampista blanquiazul.

Situemos la acción en el tiempo. 12 de abril de 1986, jornada 33 de 38. El Dépor, entrenado por Aranguren, pugna una temporada más por el ascenso a Primera, que se resiste desde 1974. Llega a Riazor el Recre, un equipo que se le da mal a los coruñeses. Lo ve toda Galicia, pues es el segundo partido del Dépor que retransmite en directo la TVG en su breve historia. Los locales se adelantan en el minuto 47 con un tanto de Silvi. Tres después, el árbitro Sánchez Marín, del colegio vizcaíno, señala una falta al borde del área del Recre. Toma la pelota el especialista Agulló. Le pega con su telescópica zurda. La pelota vuela hacia las cercanías de la escuadra izquierda. Riazor canta gol. Pero no. El árbitro ordena repetir.

Gol anulado y amarilla

«Qué rabia me dio», recuerda Agulló hoy. «El árbitro me hizo un gesto. Señaló el pito, como diciéndome ''no tires hasta que no pite''. Contó los pasos. Yo di tres pasos atrás. Vi que se llevaba el silbato a la boca y tiré. Fue gol. Pero lo anuló y me sacó amarilla. Decía que había tirado antes de que pitase. Como mucho, lo hice una décima de segundo antes, pero no lo creo». Lo que ocurrió después demuestra que «nunca sabes lo que la vida te va a deparar». «En ese momento me cabreé mucho, pero, precisamente porque lo anuló el árbitro, estamos hablando del asunto 22 años después», reflexiona.

Lo que ocurrió después desató el delirio en Riazor. Así lo recuerda el protagonista. «Volví a coger la pelota. El portero [Vela] amagó hacia su izquierda, hacia la zona por donde había entrado la pelota. Me invitaba a tirar otra vez por ahí. Era un truco. Él pensaba que se la iba a mandar a su derecha. Pero no, la tiré por el mismo sitio que antes. Fue a media altura, más abajo que la otra». Y fue gol. El 2-0. El Recre recorta después distancias, pero el partido acaba 2-1. «Como lo había retransmitido la tele, tuvo mucha repercusión. La gente me paraba por la calle y me decía: ''Oye, ya vi tu gol. La tele lo repitió varias veces''. Yo me reía y les contestaba: ''No, no, el que lo repetí fue yo''».

El final de temporada no es tan feliz. El Dépor es atracado en Oviedo en la penúltima jornada y se queda sin ascenso. Agulló abandona el Dépor en la temporada 1988-89, juega tres temporadas en el Racing y se retira a edad muy temprana. A los 29. Agulló tiene hoy 42 años y posee desde hace varios un próspero negocio, la lavandería industrial Top Wash.

A Jaime se le nota un tanto desencantado con la filosofía de este Deportivo. «Mi padre sigue yendo a Riazor, y me abronca a mí por no ir, pero lo que me gusta es que jueguen los de la casa, y ahora el Dépor no tiene gente de la cantera», lamenta. «Nosotros teníamos peor equipo, pero había canteranos, como Vicente, Traba, José Luis, yo...». El ex mediocampista está más identificado con el fútbol modesto, «especialmente con el Orillamar, donde hay gente como Ucha que sostiene equipos desde hace años con su dedicación».

Agulló hace mucho deporte, sobre todo natación y pádel. Al fútbol juega «poco», aunque lo ha hecho con los veteranos del Dépor que este año ganaron la Liga indoor. Más centrados en el balompié están sus dos hijos. El pequeño, Jaime, de 14, juega en el Orillamar. El mayor, Pablo, de 18, en la Liga Nacional de juveniles con el Calasanz. Los dos han visto el gol de Agulló; pero solo en fotos. Diez mil estuvieron en Riazor el día en que Agulló hizo su tanto de moviola.