«Hablar del equipo granate en el ámbito ?de la Segunda y de la Segunda B es hablar ?de un club grande»
27 jul 2008 . Actualizado a las 02:18 h.Jorge Rodríguez Álvarez (Cee, A Coruña, 11-08-1980) es un defensa central que se formó en el filial del Celta, con el que consiguió en la temporada 2004-05 dar el salto al primer equipo, fue presentado ayer en la sede de Benito Corbal como jugador del Pontevedra. Con él, el conjunto granate completa la línea defensiva y solo le queda incorporar a un centrocampista creativo de calidad para completar la plantilla.
Jorge Rodríguez fichó por una temporada y confía en que «sea un año de provecho y satisfactorio para el club». Coincidió con Rafa Sáez como entrenador del Celta B, temporada que calificó de «un año muy bueno con él, ya que es muy buen entrenador», precisó el coruñés, quien reside en Lugo. Al filial vigués llegó a través de un campus, en el que lo escogieron y allí estuvo nueve años «jugando como central, mediocentro, lateral derecho... aunque la ubicación preferente es central», precisa.
Mucho caché
Lo que más le llamó la atención del Pontevedra fue el caché del equipo. «Hablar del Pontevedra en el ámbito de Segunda o Segunda B es hablar de un club grande, no solo por lo que habla la gente sino por compañeros míos que estuvieron aquí. Me hablaron muy bien del club, de las atenciones del presidente, de la afición y esto te anima para firmar aquí y que es un equipo gallego, por supuesto».
Recuerda la temporada un tanto estrambótica que pasó en Primera, con Lotina en el banquillo. «Estuve año y medio con ellos, en el que jugué algún partido amistoso, un partido entero de Liga y después pocos minutos de otro partido de Primera hasta que el Celta no dio abasto con la Champions, la Liga y la Copa del Rey y se fue todo a pique hasta que llegó Antic y me volvieron a mandar al Celta B».
Llegado a este punto se decidió a probar suerte en el Racing de Ferrol, Mérida, Ourense y la temporada pasada el Zamora. Considera que en el Racing «estuve seis meses muy bien, después descartaría Mérida y Ourense por las faltas de pago y después en el Zamora estuve bien porque cobraba a fin de mes y por un gol no ascendimos a Segunda División».
En la última eliminatoria con el Rayo Vallecano «tuvimos los diez minutos finales muy intensos porque estábamos a falta de un gol para lograr el objetivo y veíamos que el equipo contrario estaba contra la espada y la pared». «Saber que si metías un gol -añade- estaban en Segunda, tenía los pelos de punta. Fue lo más bonito de todo el año».
Conoce la experiencia del Pontevedra en los últimos tres años, en los que jugó la fase de ascenso sin éxito. «Son muchos años que lleva así, con ansias y con muchísimas ganas de ascender y a ver si es este año y si puede ser conmigo, mejor», sentenció.