La selección mantiene la química con un público de Ourense entregado

DEPORTES

25 jul 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

Más de cinco mil personas presenciaron en el Pazo Paco Paz el debut de la selección española en el torneo de Ourense. El partido, que podía ser una reedición del encuentro amistoso del año pasado con los mismos adversarios (España y Lituania), tuvo no obstante de nuevo una buena respuesta del público ourensano, que solo con este tipo de eventos tiene últimamente la oportunidad de reencontrarse con el baloncesto de calidad.

Desde la presentación del equipo, el público local se mostró enfervorecido. El primero en salir, Pau Gasol, encabezaba la plantilla de La Roja, seguido de Rudy, al que el público le demostró en seguida su querencia, como al joven Ricky, quien no por ser el último en llegar tiene menos carisma entre la afición.

Aparece Pau

Con el pase por detrás de Mumbrú a Marc Gasol, salió el primer ¡olé!. Hasta el cuarto minuto, en la primera rotación, no salió el deseado Pau Gasol, quien sin embargo no tuvo suerte con sus dos primeros tiros y tuvo que esperar por aplausos frescos. Mientras, era Rudy Fernández, con su acierto, el que dominaba el juego y tenía el fervor de la afición.

En la grada, el rojo, con pinceladas amarillas, eran los tonos dominantes, aunque también había un grupito de verdes, animadores de Lituania. Y entre el público en general, Saras Jasikevicius, ex del Barça, sigue teniendo sus seguidores. Por cierto, que el jefe de la escuadra lituana se pasó todo el partido haciendo valer sus galones y dando órdenes constantemente a sus compañeros.

Lituania planteaba problemas y se mantenía con escuetas ventajas por encima en el marcador. Hasta que apareció la metralleta Navarro y desatascó al equipo español en ataque. Calderón recuperó un balón importante y el Pazo se levantó con ¡España, España!, animando cualquier tarea defensiva y el arduo trabajo que necesitó también el equipo en ataque para pasar las torres lituanas.

Pronto hubo más espectáculo, como la jugada que vio Ricky Rubio para un alley oop de Rudy para Marc Gasol. Pura vibración en la grada. Navarro bombardeó desde la línea exterior y el público festejó el 37-31.

En cada descanso, juegos para los niños, el veloz personaje «Suso» con sus carreras inverosímiles por la pista y los anillos del Pazo, levantando en sucesivas olas a todo el graderío, además de la nueva mascota de la selección. Regalo de balones lanzados desde el centro de la pista, para hacer verdad el eslogan de la Federación de Baloncesto de «un balón en cada casa». La música a tope garantizaba la diversión cuando el juego estaba parado.

En ese segundo cuarto, Ricky Rubio brilló con luz propia y fue ovacionado al ser sustituido por Raúl López. Especial fue su gran asistencia a Marc Gasol, que hizo de la canasta y la pelota un único ente. La frescura y alegría en el juego del jovencísimo base del Joventut fue una de las cosas que más gustaron anoche en el Pazo.

En el intermedio, el público se agolpó en torno al túnel de vestuarios para hacer fotografías con sus teléfonos móviles o mostrar sus pancartas de apoyo a Ricky o Calderón. También desde Betanzos llegó un grupo de aficionados que hizo notar su apoyo.

Hasta la segunda parte no se pudo ver a Garbajosa, último flamante fichaje del Khimki ruso. Pero fueron de nuevo la pareja del Joventut, Rudy y Ricky, los que despegaron a España con el tranquilizador 71-55 del final del tercer cuarto.

En el preludio del último acto, Suso volvió a ser el jefe de la fiesta, corriendo entre el público hasta alcanzar una mini canasta a la que fue llevado en volandas por la multitud. El Pazo era ya una fiesta completa, pasara lo que pasara con un resultado que parecía no peligrar.

Lo mejor de este segundo paso de la selección campeona del Mundo por Ourense es que no se acaba en un solo día. Lituania fue el primer plato y mañana, lo más fuerte del menú: España-Argentina.